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España España · Málaga
Voto de Nuño:
4
Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia Riley es una chica que disfruta o padece toda clase de sentimientos. Aunque su vida ha estado marcada por la Alegría, también se ve afectada por otro tipo de emociones. Lo que Riley no entiende muy bien es por qué motivo tiene que existir la Tristeza en su vida. Una serie de acontecimientos hacen que Alegría y Tristeza se mezclen en una peligrosa aventura que dará un vuelco al mundo de Riley. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2015
42 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
El esquema de trabajo de Pixar, desvelada su maquinaria, podría desglosarse en los siguientes pasos.

1. Elección de un objeto perteneciente al mundo real (juguetes, ratones, peces, automóviles, insectos...). Algo reconocible.

2. Humanización de dicho objeto. Qué cuquis resultan las asquerosas ratas, los inanes peces de colores o los anticuados juguetes de la infancia cuando sonríen, hablan y gesticulan como personas, bien filtraditos a través de la más moderna animación en 3D.

[Ninguno de los dos pasos anteriores son necesariamente negativos; lo reprochable está en su uso recurrente]

3. Inclusión de un 'corre-que-te-pillo'. Pixar es cine de acción. El frenetismo, la persecución y la pirueta son condición sine qua non. Ésta es, seguramente, la parte más molesta de las producciones de esta factoría: obedece al entretenimiento pirotécnico, a epatar con un nuevo muestrario de tecnologías digitales. Es el caramelo que guarda Pixar para gusto de los críos.

4. Apelar, sin ambages, a la infancia: mina de oro y diana infalible. 'Up' trata de un anciano cumpliendo un sueño de infancia. El crítico de 'Ratatouille' concede máxima calificación al restaurante del protagonista porque uno de los platos le traslada a su infancia. El pre-universitario Andy despide 'Toy story 3' jugando con sus juguetes y retrotrayéndose así a su infancia. 'Monstruos S.A.' nos hace recordar esos extintos miedos que teníamos en la infancia. Nos tienen que llevar siempre de la mano a la infancia. Entiendo que así consiguen que nos aborden dulces recuerdos; es una artimaña de pura invasión sentimental. Ésta es la parte destinada a "infantilizar" a los adultos; o sea, a ablandarlos. ¿Cómo ser objetivo con una película que, bondadosamente, nos insiste en que si anulamos el juicio podemos ser crío por un rato? Aunque, en realidad, no podemos volver a ser críos; podemos ser tratados como tales, y dejarnos, en todo caso.

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En 'Inside out' se dan todas las directrices citadas. Esta vez, en un más difícil todavía, el objeto a poner animado rostro son las emociones humanas. Mejor dicho, los conceptos emocionales básicos, pues la mente humana no es tan arbitraria ni simple como para que las etiquetas 'alegría', 'tristeza' o 'ira' no sean lo que son: una polisemia casi indescifrable; pero son tiempos en que conviene eludir las complejidades, en que la identificación es mucho más plausible con conceptos simples y unidimensionales, como una machaconamente jovial Alegría y una gordinflona y llorona Tristeza.

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Si tuviese que reducir a un adjetivo las virtudes de 'Inside out', diría que es 'ingeniosa'. Ingenio en lo que se refiere a simplificar amablemente algunos de los procesos mentales superiores de los seres humanos y mostrarlos en forma de amenas y vistosas imágenes (el deterioro de la memoria, las distintas áreas de la vida personal... son hallazgos ocurrentes). 'Creativa' le viene grande; pues su creatividad obedece más a la de un modelo estandarizado que a la de un artista que, efectivamente, crea de la nada. 'Profunda' podría ser en el contexto de una proyección para niños en edad de pre-escolarización; pero, bajo una mirada adulta, ver profundidad psicológica en 'Inside out' sería como ver Sociología en 'Gran Hermano' o Filosofía en los carteles motivacionales de Facebook.

Si tuviese que reducir a un adjetivo los defectos de 'Inside out', diría que es 'insustancial'. Leo por ahí a críticos que, piruleta en mano, afirman que se trata de "una obra maestra de gran densidad conceptual"; que sus escenas conforman "un manual para conocernos mejor", o que va a descubrirnos el pan con aceite en cuanto a aquello de "entender mejor a otras personas". Lisonjas disparatadas; pero claro, la reducción es virtud, la simplificación, acierto. No hay asunto complejo del ser humano que no nos pueda explicar Punset en una tertulia televisiva, cafelito en mano. E 'Inside out' reduce y simplifica. "Un artista es aquel que dice de modo sencillo lo difícil", pero una cosa es confundir la sencillez con la puerilidad; la economía, con la limitación; la pureza de juicio, con el infantilismo. 'Inside out' despliega muchísimas analogías chistosas sobre la mente humana, pero lo hace para divertir. Es un muy simpático divertimento, y podría decirse que hay cierta inteligencia en ella, máxime si nos limitamos a los poco profundos meandros intelectuales del Cine comercial, pero es muy limitada en su hondura; ni siquiera tiene un tono catártico o reflexivo como para considerarla una invitación a pensar. Lo alarmante está en que alguien pueda ver zarandeado su sistema de pensamiento viendo corretear a Miedo y a Ira.

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Y, lo confieso, a mí Pixar no me disgusta. Muchas de sus películas me han llegado incluso a tocar la fibra. Pero ello no me impide ser consciente de las triquiñuelas que cometen sus autores, de su sentimentalismo deliberado, de su reiterativo esquematismo, de su aburrido fuego de artificio visual, de que utilizan la infancia casi como si de un chantaje se tratase. Es legítimo que haya quien quiera dejarse caer en la trampa, y caiga a gusto; pero creo que, antes de caer por ella, convendría, al menos, saber que existe y dónde se encuentra.

Gracias.
Nuño
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