La protagonista deja a su novio para supuestamente conocerse a si misma pero nada de eso sucede. Está lleno de personajes cliches, la religiosa, la transexual, la lesbiana, la recatada, y ninguno sale de los lugares comunes. Son más planos que un papel. La protagonista no genera ninguna conexión con el espectador, ni tampoco los coprotagonistas. En 10 episodios no sucede nada de lo que promete la premisa de la serie. Al contrario, en el último capítulo la protagonista se resiente por terminar con su novio y verlo con otro. Aunque la serie pretende ser moderna en su estética parece un videoclip. Aunque la serie pretende llevar a la mesa temáticas de manera trascendetal todo queda en un cliché como cualquier serie teen de Netflix. Ni se habla del amor, ni del desamor, ni de la religión, ni de la búsqueda de uno mismo,etc. Todo se trata superficialmente creyendo que el espectador es tan idiota como sus protagonista que no saben de nada.