Tras el primer capítulo de Piratas, la sensación que me produce, no es del todo negativa. Estamos en España amigos, un país en donde la televisión, salvaguardando algunos productos, es de ínfima calidad. Prevalecen los programas de chismorreo en los cuales se pagan cantidades prohibitivas a sus invitados, mientras que en el apartado de ficción, se ha abusado hasta la saciedad de un modelo en el que se muestran las vicisitudes de una atípica familia española, denotando el poco carácter de estas series, pero siendo atrayente para el público general, más convencional que transgresor (véase ``Los Serrano, ``Farmacia de Guardia´´, ``Médico de Familia´´etc...) Sin embargo, en la actualidad, esta serie ``tipo´´, esta poco a poco desapareciendo y dejando paso a producciones atrevidas y sin complejos. Piratas es una de ellas. Salvando los prejuicios y la memoria histórica que puedan tener o no los espectadores, me parece mucho más creíble una historia de piratas gallegos ambientada en el principio del siglo XVIII, que las aventuras de un ninja en pleno siglo de oro español. Y es aquí donde creo que reside el punto fuerte de esta ficción, la ambientación. Desde los paisajes y decorados, hasta las vestimentas y el atrezo, se conjuga una perfecta armonía que no raya a la vista, y que hace que el despropósito que tenemos delante se haga poco visible. Porque no nos engañemos, Piratas es una serie en líneas generales de mala calidad, posee un guion previsible desde el primer capítulo y cogido con pinzas, emana de todos y cada uno de los clichés y estereotipos creados por la película de la factoría Disney que todos conocemos, el casting es pobre, salvo algunas excepciones como la de Silvia Abascal y Oscar Jaenada (sí, es un papel calcado al de Jack Sparrow, pero creo que Jaenada es el único actor español capaz de enfundarse en este rol y darle su pequeño toque personal, salvando las distancias) y los efectos ``digitales´´ tales como la sangre y el tañido de las espadas, están descompensados y metidos a capón. Pero, aun con sus aspectos negativos, Piratas ofrece al público lo que este demanda, y no podemos exigir más en sus posteriores capítulos de lo que hemos visto este lunes en Telecinco, sin embargo, es un paso hacia delante en cuanto puesta de escena, que no hemos visto nunca en una teleserie española. Ya solo nos queda que los guiones no parezcan escritos por y para adolescentes y que el casting no sea un refrito de actores de segunda fila, pero esto en España no deja de ser toda una utopía. Menos mal que ``Tío Sam´´ nos nutre cada cierto tiempo con verdaderas obras maestras, que hacen paliar la precariedad que aquí tenemos.