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España España · Madrid
Voto de IsaacBB:
8
Drama. Terror La idílica vida de una madre cambia repentinamente cuando adopta a su segunda hija, que pasa de ser tímida y encantadora a ser peligrosa e incontrolable. (FILMAFFINITY)
11 de mayo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo una película anunciada como terror pero que tiene más de drama que otra cosa. Pelican Blood, escrito y dirigido por Katrin Gebbe es una película muy cuidada, con un argumento que aunque a priori parezca trillado, está escrito de manera diferente, con un entorno algo americano (granja a las afueras y mujer adiestradora de caballos con sombrero y atuendo texano), pero que gracias a que el adiestramiento es para caballos de la policia montada alemana, distingue bastante eficazmente lo que podría haber sido un error, americanizarlo, algo que en España ocurre con bastante frecuencia.

Nina Hoss hace un papel maravilloso, mantiene su personaje de madre luchadora, soltera y con todo un establo a su cargo, del que se ocupa de manera creíble y sin sacar los pies del tiesto como ocurre muchas veces con personajes made in America. Con una niña a cargo, decide adoptar otra más, la cual le sale rana, pues mantiene una actitud violenta y caótica que le va sumiendo en el caos a medida que transcurre la película. Tal vez nos recuerde algo a Babadook, donde nos columpiamos entre la enfermedad mental y lo sobrenatural, tal vez la mano de las directoras sean sello de algo más firme e interesante que el de dar sustos a adolescentes que van a pasar el rato al cine para ver si ligan.

Como digo la película mantiene el interés continuamente, el drama se va acusando cada vez más con el comportamiento siniestro de la niña, que también va in crescendo, y los personajes que entran y salen tienen peso en la historia, no son meras subtramas de pacotilla como nos tiene acostumbrados la industria de Hollywood. Una mujer que se dedica a adiestrar caballos que van a ir a manifestaciones, es todo un alarde de paciencia y sacrificio, por lo cual trata el caso de su nueva hija como eso mismo, un reto que hay que superar. No hay exageraciones por parte de los personajes, lo que hacen está justificado, y es perfectamente lo que cualquiera de nosotros podría haber hecho si nos ocurriera.

Técnicamente está impecable, una fotografía fría y muy bien llevada a cargo de Moritz Schultheiß, y unos planos y un lenguaje visual que sin aires de grandeza, ni de querer marcar sellos propios, nos deja plasmado lo que se necesita en cada cuadro.

Por poner un pero, la niña “problemática”, no tiene fisicamente ni gestualmente lo que pide ese personaje, se queda en el limbo entre “Diana Bebé” y una niña cualquiera alemana o americana.
IsaacBB
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