Un hombre que, al igual que el cadáver indio al que dispara brutalmente en los ojos, se sabe condenado a vagar por entre los vientos sin hogar y sin civilización a los que acogerse, siempre en busca de otra batalla que librar y consciente de que nada empieza ni termina nunca. La historia con Martha que pudo ser y no fue, las misteriosas monedas recién acuñadas, la relación paterno-filial con su (no)sobrino de sangre Cherokee...Ya que no quiero extenderme hasta la eternidad, me limitaré a parafrasear a Orson Welles cuando le preguntaron por los tres mejores directores de la Historia: "John Ford, John Ford y John Ford".