Cuando empezó esta broma de merchandising espectacular me hice un defensor a ultranza, la defendí de su ñoñez de guión, su vacuidad interpretativa, su locura bizarra de metal y explosiones.
La segunda siguió el hilo de divertimento de la primera, pero en la tercera, comenzó a torcerse la gracia...
Y ahora estamos ante una cuarta entrega que aunque los efectos visuales siguen siendo su corazón, el alma se ha escurrido y diluido en diálogos aun más estúpidos ("te voy a matar" "·vas a morir", es lo más inteligente que se escucha y en más ocasiones), flojos roles interpretativos llenos de tópicos y de bromas más usadas que el mechero de un drogata, una dirección artística sin rumbo ni solidez alguna, y un montaje penoso que hace de toda la obra un sinsentido y un confuso puchero de ideas del que el espectador se desvincula mucho antes de su primera hora de visionado.
Espectacular última media hora... pero ya es tarde para redimir el despropósito de un realizador que pareciera que dirigió el film a través de una webcam y con el claro acento de salvar y ganar su trofeo de cara al mercado asiático, tan gustoso de estas historias y sobre todo por sus localizaciones en las megaciudades de la China más capitalista.
En definitiva, han hecho una mala jugada a la reputación de Optimus Prime y sobre todo a la del Señor Bay, al que rogamos que equilibre efectos con una historia, unos personajes y unos diálogos con un mínimo de ingenio, que aquí han brillado pero por ausentes.
Los Transformers para mí han devaluado sus acciones en el mercado del entretenimiento, de los 7 de valor de las dos primeras pasamos a un 5 en la tercera y ahora a un 3,5 en la que nos ocupa...
Roguemos que la tendencia se invierta en la quinta o directamente mi elección será la del bluerray (y mira que el 3D es excelente, con todo...)...