Modesta película de género, sobre licántropos en el Oeste y como los pasajeros de una diligencia deben sobrevivir una noche confinados en una parada de postas. Efectivamente, los efectos son bastantes básicos, pero, sin embargo, el director juega inteligentemente con la fotografía nocturna, con la luminosidad nocturna, las nieblas inquietantes y la cámara subjetiva para suplir la falta de medios.

Los personajes se nos presentan y se nos describen, no siendo simples figurantes, sino partícipes en la historia, como los de la clásica "La Diligencia" o la reciente "Los odiosos ocho". No me parece que los diálogos sean pésimos, sino que cumplen con la historia. Una historia con agujeros, donde no importa quién es el lobo o de donde viene, sino el peligro que supone. En el fondo, es el asedio que sufren cuatro desconocidos ante un peligro implacable, tan visto en las películas de zombies de George A. Romero o las de Carpenter. Wooding construye personajes interesantes como Calhoun, un trasunto de cualquier antihéroe de los filmes de Carpenter. Pero Wooding no es Carpenter y le falta, sobre todo al final, intensidad emocional.

Con todo es una película que a los aficionados del género les puede entretener, por su ingenua sencillez.