"El retorno del Jedi" es una película con doble personalidad. Así, los primeros veinte minutos son un compendio del cine aventurero de rescates, en una sociedad mezcla de medieval y futurista, con espadas, castillos y naves espaciales. Una magnífica space-opera. Sin embargo el resto de la película transita arrastrándose, entre un auto-plagio del Episodio IV, pero más light, y una versión del mundo de Barrio Sésamo, pero sin Epi, Blas o la Rana Gustavo. El mundo ewok es el primer gran error que cometió George Lucas, ya que resulta grotesco que unos peluches atontados, de comportamientos y ademanes simiescos, pero a su vez torpes, con palos y piedras, y en un reducido número, sean capaces de ser fundamentales para defenestrar al oscuro Imperio galáctico, compuesto por miles de mundos y billones de seres y a su maléfico Emperador, con superpoderes para más señas.

Pero, bueno, todo lo que se pueda decir ya lo han argumentado otros críticos. No obstante, esta película esta a años-luz de la trilogia rodada posteriormente, aunque comparte con ésta un deficiente guión, lleno de agujeros, una definición de personajes simplones, como Jar Jar Binks y una peligrosa aficción a simplificar las historias hasta extremos insospechados, asemejando los guiones de un episodio de los Teletubbies.