Empieza la película con una secuencia bastante sugerente: un tipo cava furiosamente en un cementerio, suponemos que para desenterrar a alguien, una tumba recién cavada parece respirar y una voz en off suelta una especie de monólogo rabioso que despierta nuestra curiosidad...Han pasado unos 5 minutos más o menos. Si has llegado hasta el momento en que el que habla tira el cuadro al fuego, no hace falta que sigas viendo "Necrophagus". Lo mejor ya ha pasado. Es más, lo único presentable ya ha pasado. A partir de ahí solo hay escenas confusas, diálogos estúpidos, giros de guión sin sentido y un monstruo medio humano medio vegetal (así, como suena) que sale de la tumba para comerse a la gente. No te emociones que no vas a verle comerse a nadie. Se ve que no había para sangre falsa. Y para maquillaje, visto cómo es el monstruo en cuestión, tampoco. Y el que espere que, en una de terror española de entonces al menos habrá algún desnudo injustificado o algo de sexo raro, que espere sentado, porque tampoco hay de eso. Del aspecto técnico no hablaré mucho porque tampoco soy un experto, pero creo que un mono borracho hubiese hecho un trabajo de dirección más apañado.

Cuenta la leyenda que su premio a mejor director en Sitges fue recibido con una pitada monumental y gritos de "¡Tongo, tongo!". Cuenta también que uno de los responsables del festival había sobornado al jurado porque era productor (no acreditado) de dicho engendro. No sé si esa leyenda será real o no, pero en todo caso es más interesante que la del hombre acelga que sale de la tumba.