Corrosiva y ultraviolenta comedia negra sobre un abogado recientemente despedido de una prestigiosa empresa de asesoría jurídica y una mujer a punto del desahucio gracias a las triquiñuelas de dicha empresa que quieren exponer sus quejas al consejo de administración de la empresa. Para ello no tendrán más remedio que subir hasta la planta más alta, donde solo pueden acceder los directivos. Y lo harán como sea. Y eso, en medio de una infección generalizada por un virus que provoca un comportamiento impulsivo y descontrolado, llevará inevitablemente a una demencial carnicería en la que se mezclan humor negro, violencia sangrienta y un buen número de puyas contra la codicia generalizada y las corruptelas del sistema capitalista en general y el mundo empresarial en particular.

Ejecutivos cocainómanos, jefes de personal sádicos, jefecillas hijas de puta o secretarias pelotas desfilan por la pantalla dando y recibiendo mamporros, puñaladas y guantazos a velocidad de vértigo, siguiendo una lógica que a veces parece de videojuego (los protagonistas tienen que enfrentarse a una serie de enemigos cada vez más complicados para subir literalmente al siguiente nivel), pero que no pierde en ningún momento el tono satírico que da sentido a la película.
Y que no deja de divertir a lo largo de todo el metraje.