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España España · Asturias
Voto de Xano:
9
Thriller. Drama Desde que su mujer sufrió quemaduras en todo el cuerpo a raíz de un accidente de coche, el doctor Robert Ledgard, eminente cirujano plástico, ha dedicado años de estudio y experimentación a la elaboración de una nueva piel con la que hubiera podido salvarla; se trata de una piel sensible a las caricias, pero que funciona como una auténtica coraza contra toda clase de agresiones, tanto externas como internas. Para poner en práctica este ... [+]
10 de octubre de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dicen algunos que “La piel que habito” es la película menos característica y reconocible de su director. Falso. Vuelve a tener el sello Almodóvar grabado a fuego en cada uno de sus magníficos e hipnóticos planos. Dicen también que es un paso adelante en una carrera cinematográfica irregular que hacía años se había encallado por culpa de sus obsesiones recurrentes. Falso igualmente. No por el paso adelante, que es cierto que lo da al adentrarse en géneros desconocidos para él hasta ahora como la ciencia ficción y el terror, sino por la consideración de su obra como un todo reiterativo y estanco. Pedro Almodóvar siempre ha evolucionado con cada nueva película que ha hecho. “La piel que habito” es un peldaño más en la depuración de su tratado artístico y estético. Y lo es porque nos vuelve a contar como si nunca lo hubiese hecho antes lo esclavos que somos de nuestros deseos, lo incomprensibles que son los vaivenes de la pasión humana, lo caprichoso del azar y del destino, la fuerza rompedora de nuestra propia identidad, el poder liberador de la vida y el insoportable dolor de la pérdida, la locura y la muerte. En esta ocasión, no obstante, el envoltorio que es a la vez fondo y superficie, no se adentra en el melodrama, la comedia o el cine negro. El cautiverio de Vera, sus padecimientos, sus miedos y sus deseos, son tan característicos del género de terror como las estereotipadas historias de científicos megalómanos y desquiciados que, bisturí en mano, se empeñan en vencer a la muerte traspasando todas las normas de la razón y la cordura. Pero la “Piel que habito”, pese a todo, no es una película de terror, aunque lo que cuenta pueda poner los pelos de punta por demencial y truculento. En realidad es una historia de venganza y supervivencia. Un cuento (a)moral sobre los límites de la manipulación y la pasión que el director manchego rueda con un aplomo y una destreza que rayan en lo asombroso. Un relato gótico sobre la identidad que crece envuelto en la piel del postmodernismo consiguiendo una fusión estética y narrativa fascinante. Y esa mezcolanza suicida, funambulista, sólo tiene cabida en un género intransferible: el almodovarismo.

Lo mejor: El conjunto de sus elementos. El doble salto mortal con tirabuzón que supone una película como ésta.

Lo peor: El acento brasileño de Roberto Álamo.
Xano
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