El director italiano de culto Matteo Garrone (director de “El taxidermista” y “Primer amor”) se atreve en esta ocasión a adaptar el best seller sobre la camorra del amenazadísimo Roberto Saviano, que según ha declarado “A menudo me arrepiento
de haber escrito ‘Gomorra’, pero no tengo miedo, porque, en la práctica, la Camorra ya me ha matado”.

La película se centra en cinco historias paralelas pero que no se entrecruzan: la de Don Ciro, un pagador de los miembros relacionados con la Camorra; Totò, un niño que quiere ir ascendiendo; Pasquale, un sastre que por falta de dinero recibirá una tentadora oferta; Roberto, trabajador de la gestión de residuos con problemas éticos y morales; y Ciro y Marco, dos jóvenes que amantes de “El precio del poder”, que quieren escalar como la espuma como hiciese su amado Scarface. En la película se ve claramente que la organización de la Camorra cambia completamente al de la mafia siciliana. En Nápoles no hay un jefe total, un don, si no varios “jefecillos”, y entonces las cosas son diferentes, y el “glamour” es muchísimo más hortera, se nota claramente en la banda sonora.

En el apartado actoral todos están muy bien, sin destacar a nadie en particular, y los apartados técnicos también, aunque técnicamente no es una película difícil de hacer, y quizás ese sea el problema, la falta ficción. “Gomorra” es una película hecha a modo de documental, con una estética cruda, y su principal fallo es que quizás si no se ha leído el libro le falte algo a la película, ya que es muy dura pero no lo sientes de verdad, quizás le falte alma.