La producción de Luc Besson y la actuación de Mollá y la protagonista de Avatar metida en la piel de una asesina vengativa, eran un reclamo interesante para esta película. A la postre, la película resulta entretenida pero olvidable a los pocos segundos, y uno se marcha del cine con la sensación de que es una nueva versión de Nikita: la niña criada para ser asesina. En comparación, dado lo similar de la temática, en los últimos meses se estrenó Hanna que particularmente me aportó una sensación bastante más agradable. En fin, película para ver y olvidar, con el deseo que los actores y actrices implicados tengan mejores oportunidades de mostrar su potencial.