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Bahrein Bahrein · Viva la revolución
Voto de Maese Huvi:
8
Thriller. Acción. Drama Una chica muda (Christina Lindberg, estrella del cine porno sueco) es secuestrada, drogada y obligada a trabajar como prostituta en un burdel. Cuando ella se niega a cumplir los deseos de un cliente, su cruel administrador le vacía un ojo. Cuando ella por fin escapa del burdel, regresa a casa, pero descubre que sus padres han muerto. Llena de ira, jura venganza, para lo cual estudia artes marciales y se surte de armas de fuego. Polémica ... [+]
1 de septiembre de 2008
12 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La etiqueta “película de culto” es una de las más manidas del cine, calificándose así a bodrios infumables y a estúpidas y pretenciosas películas. Sólo en contadas excepciones se está ante una auténtica obra maestra. Thriller: A Cruel Picture es una de esas obras que de las que se puede decir bien alto que es una película de culto por muchas razones. Dirigida por el sueco Bo Arne Vibenius, prácticamente desconocido aunque había sido ayudante de Ingmar Bergman (y es obvio que del maestro aprendió mucho), puede incluirse dentro del género giallo o eurocrimen, especie de equivalente europeo (de origen italiano) del pulp y el slasher americano, esto es, cine exploitation en su máxima expresión, con altas dosis de violencia y sexo explícito que conllevan en sí una crítica de la violencia y de la explotación, explotación sexual a la que es sometida la mujer en este caso. Y ese es el gran tema de la película. Eso y, cómo no, la venganza, pues a quien está sometido a la violencia y a la explotación siempre le cabe la posibilidad de revolverse y acabar con esa situación, utilizando la violencia que han ejercido sobre él y devolviéndosela a sus explotadores multiplicada, los cuales, además, ya no podrán ejercerla sobre otras personas. Thriller: A Cruel Picture es, pues, una película de justicia vengadora, un género que tuvo su gran momento en los años setenta del pasado siglo y que ha dejado algunas obras maestras, aunque también una ingente cantidad de bazofia.
A destacar el plantel de actores casi desconocidos (o conocidos pero exclusivamente dentro del circuito del cine de serie B, Z y porno light) y que sin embargo realizan un trabajo magnífico, especialmente la protagonista, la bellísima Christina Lindberg (decir que está magnífica es hacerle poca justicia). Con su parche en el ojo, su cara de niña, sus pezones erguidos y su mirada de odio empuñando la escopeta… Sin duda es uno de los personajes femeninos más apasionantes de la historia del cine. El guión es arriesgado y no se corta un pelo a la hora de mostrar escenas de violencia o de sexo, hasta el punto de incluir varias escenas de penetraciones (dejemos a los pajilleros la discusión sobre si era la propia Lindberg la que protagonizaba esas escenas o era una doble), pero siempre con un sentido claro: el de contar una historia lo más crudamente posible, no suavizar ni esconder la realidad para hacer que sintamos una cierta empatía (que jamás puede ser completa) con la mujer obligada a prostituirse. El trabajo de Christina Lindberg ayuda mucho en ese sentido, su cara de dolor, de odio y de infinita tristeza al ser humillada por sus clientes hace que nos revolvamos en el asiento. Las escenas de violencia son también de una belleza poco usual, especialmente con el uso de la cámara lenta (la influencia que tendrán estas escenas en Tarantino es evidente, pero también se dice que influyeron bastante en la saga Matrix).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maese Huvi
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