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España España · Marbella
Voto de SUSTOVISION:
9
Drama. Terror Alonzo es una de las atracciones del circo gitano de Zanzi. Aunque es manco, arroja hábilmente con los pies cuchillos contra Nanon, la bella hija de Zanzi. A la joven no le gusta que los hombres la manoseen, en especial Malabar, el hombre forzudo. Por eso se siente muy a gusto con Alonzo, pero éste no es quien dice ser. (FILMAFFINITY)
28 de agosto de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tod Browning (1880-1962) es uno de los grandes genios del cine de todos los tiempos. En sus películas mostraba los grandes sueños y las peores pesadillas del ser humano, sentimientos desgarradores, no solo contradictorios sino totalmente antagónicos, de una manera equilibrada, sutil, armoniosa y casi impreceptible. Hacía funcionar los mecanismos en nuestro subconsciente con el poder de la imagen desnuda, mientras nos deleitaba con guiones llenos de horror, humor y ternura, donde la amistad, la camadería, la envidia y el odio se daban la mano de manera natural, como la vida misma. Como todo gran autor, Browning buscaba la raíz de las emociones humanas, el origen del deseo, el amor y el ansia, la causa que nos motiva en última instancia, un origen común que no cambia con el paso del tiempo: la necesidad inevitable, esclava diría yo, de querer y ser querido. La certeza de saber que no somos animales sociales porque lo queramos, sino porque lo necesitamos, porque no tenemos otra opción.
La película empieza como una leyenda oscura, una historia aleccionadora sobre los límites del deseo extremo: “Esta historia la cuentan en el viejo Madrid. Dicen que es verídica...”. En un circo ambulante, tres de sus artistas viven una historia de amor frustrada: Nanon, hija del dueño del circo, padece una extraña fobia hacia las manos, lo que le impide mantener una relación sentimental con nadie, ya que le repugna cualquier tipo de caricia, Malabar, el forzudo del circo, siente un amor sincero por Nanon pero es continuamente rechazado por la muchacha debido a su fobia, y por último, Alonso, el lanzador de cuchillos, también enamorado de Nanon y que posee una ventaja que Malabar no tiene: a Alonso le faltan los dos brazos. Quizás por este motivo, Nanon siente un cariño especial por Alonso, que éste confunde con amor. No obstante, Alonso esconde dos secretos: el primero, que es un peligroso criminal buscado por la justicia y el segundo (y el que más le tortura) es que aún conserva los dos brazos, su minusvalía es una tapadera para ocultar su identidad. No obstante, el amor que siente Alonso por Nanon es lo único que le importa y por este amor estaría dispuesto a sacrificarlo todo...TODO.
“Garras Humanas” (The Unknown, 1927) gira en torno a la poderosa figura de Lon Chaney, un monstruo interpretativo cuya actuación en esta película es impresionante. Muestra del genio de este actor es la increíble (y escalofriante) escena que la que Alonso comprende que Nanon nunca será suya: Lon Chaney es capaz de plasmar en su rostro, en cuestión de segundos, la risa perturbada de un demente, el odio profundo, puro y sincero de un asesino sin escrúpulos y el patético dolor final de un pobre diablo ante la imposibilidad de salvación, transmitiendo magistralmente el torbellino de emociones extremas que recorren la mente de su personaje. A lo largo del film, Lon Chaney es capaz de dotar a su personaje de una implacable crueldad y un entrañable patetismo, consiguiendo que el espectador empatice con semejante personaje siniestro. Sí, Alonso es un criminal feo y mentiroso, pero sus esfuerzos por ser una mejor persona y superar su propia naturaleza, causante de su destino, es la fuerza motora del film. El amor, que no obsesión, de Alonso es verdadero, ya que Nanon no solo es la persona querida, sino quizás la última oportunidad de redención que tiene el criminal de hacer que su vida merezca la pena, queriendo y siendo querido. No obstante, el pasado de Alonso no le permitirá emprender el camino para ganar el corazón de Nanon, y movido por su carácter y por las circunstancias, no tardará en caer en una espiral de excesos y locura, todo para conseguir lo que más quiere, sin comprender que el fin no justifica los medios.
La riqueza de la puesta en escena de Browning se caracteriza por el sabio uso de la metáfora y el simbolismo. Disfrutar a Browning es analizar los detalles, las referencias literarias y las segundas lecturas que pueblan sus escenas, que van desde el “Fausto” de Goethe hasta el psicoanálisis de Freud. Nada más empezar la película vemos una metáfora sexual muy ingeniosa: en el espectáculo circense, Alonso desnuda a Nanon disparándole con una escopeta, aunque la postura de Alonso y la posición de la escopeta inviten a pensar otra cosa. Otra escena visualmente muy poderosa es aquella en la que Alonso y su compinche Cojo, a las doce de la noche, van a visitar al cirujano para sellar su demente plan. En esta escena vemos un soberbio juego de luces y sombras, tanto en el oscuro pasillo que anuncia la llegada de las dos sombras surgidas en la noche como en el quirófano monumental, muy iluminado y diáfano, que contrasta con la intención oculta de los personajes. Y no puedo dejar de señalar ese macabro y negrísimo sentido del humor que posee esta película. Todo el film es en sí en una gran ironía, una cruel broma a costa del pobre Alonso...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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