¿Puede la imagen por si sola, aunque sea atractiva y poética, ofrecer un entretenimiento completo?
El espíritu de la Colmena es un drama nacional de posguerra, un clásico algo sobrevalorado, que describe (por enésima vez) la ya trillada y reutilizada posguerra española. Pero en este caso, la descripción versa casi exclusivamente en la imagen. Imágenes que por sí solas reflejan la belleza y poesía vital en la descripción de la situación del país en esos complicados años. Una descripción original en ese sentido.
La película sobrevalorada está repleta de metáforas interesantes por su doble interpretación social. La colmena familiar (en la que todos vivimos), una colmena en la que podemos estar de por vida, de la que podemos salir (o al menos intentarlo), la que podemos intentar modificar, o simplemente la que podemos observar desde un margen. Ciudadanos y familias como insectos y colmenas sociales.
En resumen, un trabajo que es pura belleza visual, muy recomendable a pesar de su letargo narrativo. Una película no apta para todos los espectadores. Una cinta idealizada. Sobrevalorada, pero fascinante y magnética, lo que ya es bastante.