Que Kamchatka es una película dramática es innegable. Yo diría que es más que un drama. Es terror constante y en estado puro. Pero no un terror de sustos que no asustan o de clichés tan utilizados que ellos mismos se inutilizan. Mientras vi esta película pude comprobar esa sensación de miedo constante a ser descubierto o, peor aún, a ser juzgado por régimen totalitario.

El argumento en sí es fácil, sin embargo, el trasfondo político y social que hay detrás es muchísimo más complejo y creo no tener los conocimientos adecuados (aún) para poder hacer una crítica sobre aquellos duros momentos que se estaban viviendo en Argentina en aquella época.

ARGUMENTO: Kamchatka está ambienta en la Argentina de 1976, en plena dictadura militar impuesta por el <<criminal>>, <<delincuente>>, <<violador de derechos humanos>> Videla. Los protagonistas son una muy tierna familia compuesta por "papá" y "mamá" y sus dos hijos, Harry y el Enano. Él abogado y ella científica-investigadora se ven obligados a huir y a cambiar de identidad para evitar que la dictadura los juzgue por el simple hecho de no pensar como la dictadura quiere. Toda la película es vista desde la perspectiva de Harry, un chico de 10 años que te conmoverá aún sin decir una palabra.

Tanto "papá" y "mamá" como los dos actores infantiles están sublimes. Bordan la interpretación. El guión es maravilloso y hay unos silencios que son especialmente conmovedores y que hacen llorar.

Kamchatka es un lugar mágico al que todo el mundo quisiera llegar. Harry quiere ser escapista, como Houddini. He aquí una clara metáfora del escape. Harry no quiere trucos de magia para "chicos", él quiere escapar de la dura realidad que están pasando y qué mejor forma que entrar a formar parte de un juego en donde tú mismo impones las reglas.

En definitiva, Kamchatka es dura pero al mismo tiempo conmovedora. Recomendada para todos los públicos. Los niños y más jóvenes deberíamos ver esta película para tomar conciencia. Enhorabuena.