Tengo el privilegio de haber evaluado la película desde los dos posibles bandos: cuando la vi, aún sin haber leído el libro, y ahora, cuando sólo unos días más tarde del visionado he terminado de devorar la novela. El film sigue bien fresco en mi memoria, pero mis impresiones han cambiado enormemente.

Como película, se aprecia una indiscutible calidad y refinamiento en todos los elementos que conforman el contexto visual, desde los sencillos trajes del entorno sin gravedad hasta los intrincados y barrocos diseños de los escenarios de videojuego y de los propios enemigos. Exigente como soy hasta la médula en este medio, quedé muy satisfecho con cuanto era mostrado a mis ojos, pero sabía que el argumento aquejaba de recortes, de mutilaciones y simplificaciones en todo cuanto a la mente y situación del protagonista concernía. Explicaciones simples y rápidas daban un buen ritmo a la película... pero si bien es cierto que el libro no se detiene a explicar física molecular, yo habría sacrificado la acción por la enjundia.
Al leer la novela, se despliegan muchísimos matices de la personalidad y situación de Ender, tal vez no como para sentirnos dentro de su cabeza pero sí para estar a su lado, sujetando su mano en expectación por lo que ha de venir. En la película somos un espectador más de una película más, de un despliegue de perfectos fuegos de artificio que llegan a veces a interesar a otro nivel, pero que pronto se olvidan.

Lo mejor: la estética.

Lo peor: la elección de la novela. Respeta el argumento del mismo modo que un índice respeta un contenido.

Mi recomendación personal: vea la película y lea después el libro. Es una de las pocas veces donde disfrutará imaginándose las cosas tal como se plasmaron.

Un 5 por introducirme a esta gran novela y por pasar un rato entretenido.