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Voto de cineartealma:
2
Terror. Drama Basada en una historia real sucedida en el año 1958. Sylvia Likens fue brutalmente torturada, maltratada y violada en el sótano de un hogar familiar del estado de Indiana. (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2016
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En mi opinión, cuando se llevan a la gran pantalla casos reales, hay que hacerlo con muchísimo tacto. Se necesita hondura y talento para tener el derecho de llevar al cine una tragedia real, es decir, se necesita todo lo que a esta película le falta.

El caso de Sylvia Likens, sobre el cual he leído bastante, es uno de los crímenes más escalofriantes de los que he oído hablar nunca (y mira que he escuchado hablar sobre crímenes espantosos), por diferentes motivos: la tortura a la que esa joven fue sometida es terrible en grado sumo, dicha tortura estuvo liderada por una mujer y madre de familia (sin palabras) que empujaba a sus hijos a que también ellos la maltrataran, esos mismos hijos (niños y adolescentes) finalmente hasta disfrutaban martirizándola e invitaban a sus amigos a que participaran (mirando o activamente) en la tortura, que cómo no, incluía violaciones, la injusticia de que tanta gente supiera (o intuyera) lo que le estaba ocurriendo a la pobre muchacha (vecinos que escuchaban sus alaridos desde la calle) y ninguno fuese capaz de llamar a la policía o de hacer algo por ayudarla.

Eso nos muestra una gran perversidad humana difícil de asimilar. Yo, leyendo sobre el caso de Sylvia, sentí un asco inmenso hacia la especie humana. Menos mal que después, razonando, llegué a la conclusión de que también existen personas buenas y misericordiosas.

Es por todo esto que Jack Ketchum's The Girl Next Door me disgusta profundamente, porque lo que me muestra, aparte de un par de escenas muy violentas de tortura, es pura insignificancia y frivolidad. Mientras la veía era inevitable percibir su descarado tufo a película de sobremesa, repleta de personajes vacíos, situaciones incoherentes y surrealistas que insultaban directamente la inteligencia del espectador, trampas descaradas y falta de rigor respecto al caso real.

He leído comentarios a cerca de que esta película es muy cruda porque muestra escenas de gran brutalidad... En mi opinión un filme no es crudo sólo porque muestre escenas de extrema violencia, pues eso es relativamente sencillo, sino por mostrar de manera profunda, honesta y realista una tragedia en toda su dimensión. En esta película falta talento y se recurre al morbo fácil para solventar sus carencias, y ni con eso, que es a lo que claramente se aferran para levantar el film, lo consiguen. A mí Gregory Wilson (su director) no me engaña.

Algunas escenas son muy violentas, obvio, pero de nada sirven cuando no hay nada más. Y como sólo ofrece eso, y lo morboso siempre se puede superar, ahí tenéis el film Martyrs, que en cuanto a imágenes brutales, Jack Ketchum's The Girl Next Door en comparación parece una cinta infantil (en común tienen que están igual de vacías, eso sí).

Atraer mostrando violencia en el cine, repito, es fácil, porque una imagen violenta impresiona per se, al margen de que la película sea buena o mala.

A mí me ''gustan'' las películas sobre violencia, no porque disfrute de ella, sino porque considero que es necesario que el cine la explore, pues lamentablemente es una condición que va unida al ser humano, y necesita una reflexión por parte de todos, artistas y audiencia. No me molesta que se vea explícitamente cuando está justificado porque no soy aprensiva cuando veo cine. Pero, he aquí la cuestión, me ''gusta'' o involucra cuando se trata con seriedad, cuando aparte de escenas brutales hay verosimilitud en el desarrollo de la historia, hay unos personajes trabajados y complejos, no sólo tres escenas bestias y el resto del metraje apestando a trivialidad, eso sí me desagrada.

En el aspecto interpretativo sus actrices protagonistas, aunque cumplen como pueden, no llegan a transmitirme como deberían en una historia tan espeluznante como esta.

Blanche Baker (Ruth, Gertrude en la historia real) está un poco sobreactuada. Interpreta el cliché de mala de cuento, se queda en la superficie del personaje sin trascender de la mera pose. A años luz de la actuación profundamente inquietante e inmensamente perversa de Catherine Keener en An American Crime (película sobre el mismo caso estrenada poco antes que esta), la cual transmite la verdadera complejidad psicológica del personaje.

Blythe Auffarth (Meg-Sylvia en el caso real) cumple de manera correcta pero no llega a sobrecogerme. Además no da el perfil físico para este personaje ya que a la actriz se le ve mayor para interpretar a Sylvia, y eso, en mi opinión, le resta autenticidad. Ellen Page, en An American Crime, cumplía físicamente con un perfil de niña, y creo que eso era importante para representar a la protagonista de esta historia. Y aparte de la apariencia física, a la Sylvia de The girl next door la dibujan contestataria y resuelta, y por lo que he leído ella no era así, si no las cosas hubieran sido diferentes a como fueron. Por lo visto Sylvia Likens era una chiquilla bastante tímida y frágil, cualidades que Ellen plasma brillantemente en An American Crime.

Y es que aunque el film protagonizado por Keener y Page peque también de pasar por alto muchos aspectos y no profundizar lo que se debería en ellos, al menos las actrices protagonistas están tan endiabladamente verdaderas y profundas que ellas hacen que la película que flojea en muchos momentos resulte estremecedora, poderosa, terrorífica e inhumana gracias a sus inconmensurables y honestos trabajos . Aparte de que en An American Crime se basan directamente en los acontecimientos reales y no en adaptar un libro que manipula y cambia la historia a su antojo faltando a la verdad como hace Jack Ketchum's The Girl Next Door.

(En spoiler alguna de sus tantas situaciones incoherentes)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cineartealma
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