También se podría decir que es un homenaje al gran maestro, pero la realidad es que, aunque tiene momentos de intriga, un villano que da miedo de verdad y un protagonista que también es un buen interprete, no es suficiente para salvar de la quema un thriller que roza demasiado la comedia romántica universitaria norteamericana.
Chica guapa, chico con problemas en el instituto, amigo del protagonista, prescindible, madre que no apoya a su hijo, policía que tiene manía al héroe. Una sucesión de clichés estereotipados que ayudaron a que el resultado no fuera satisfactorio.

Shia LaBeouf es buen actor, pero esta muy lejos de James Stewart, además incluir el romance adolescente en la ecuación para que resultara más comercial, rompió la magia que podría haber tenido gracias a la brutal interpretación de David Morse, un malvado con un aspecto inquietante, es pelo largo engominado, ese pendiente, de miedo solo recordarlo.