Arriesgada apuesta Noruega sobre la venganza de un padre y la búsqueda de la verdad. Un drama clásico que podría estar ambientado en el viejo Oeste, pero el escenario es un paisaje nevado donde la acción sucede a bajo cero.

Stellan John Skarsgård es un secundario de lujo que ha participado en éxitos recientes, en superproducciones de Marvel entre otras. Protagoniza este film europeo con tintes de acción, en la línea de los papeles que protagoniza casi siempre Liam Neeson, un hombre corriente que se ve obligado a emplear la violencia para solucionar sus problemas.
Interesante el papel de Bruno Ganz, aunque poco verosímil que un tipo corriente casualmente tenga un hermano con un pasado oscuro que casualmente tiene algún vínculo pasado con el villano. El personaje del hermano, que por cierto se parece mucho físicamente, es sin duda el gran fallo de esta película.
Los papeles de villanos siempre son los mejores, grandes actuaciones en general para papeles que se reservan las mejores escenas, las mejores frases y las personalidades más complejas. En esta ocasión el malo de película está interpretado brillantemente por Pål Sverre Hagen. Aporta mucha clase y credibilidad al personaje, su rol de mafioso-padre divorciado es lo mejor de esta producción.

El escenario de la acción, es un poco inverosímil que algunas escenas ocurren a la luz del día y que un conductor quitanieves haga se meta en el papel de un héroe de acción, pero quizás son estos personajes de antihéroes los que hacen más creíbles este tipo de películas. Sin ser nada nuevo, se deja ver.