La pena de "Red State" es que no nos adentre más en la secta, tal y como sucede durante la primera media hora. Smith dedica casi dos tercios de la película a rodar escenas de cine comercial de disparos. ¿Por qué? Disparos tienen tantas películas... sin embargo, adentrarse en el delirio del odio, en este caso hacia los homosexuales, hubiese sido más interesante a nivel psicológico. La película narra una escala de poder, desde el ciudadano normal, hasta las más altas esferas. Imagino que Smith ha preferido evidenciar esto. Y, pese a la gran actuación de Parks como el líder sectario real Fred Phelps, su figura tan solo queda abocetada.