One Punch Man es el ejemplo perfecto para explicar que la fama de un anime no va paralela a su calidad. Es indudable que ésta fue una de las series más exitosas, por no decir la que más, del 2015; pero siendo justos One Punch Man no merece todo el carnaval que se ha montado a su alrededor. Como parodia de superheroes cumple con su objetivo con creces, de hecho no recuerdo un solo minuto que pueda considerarse "serio", pero sinceramente de una serie espero algo más que repitan el mismo chiste una y otra vez como un disco rallado. Tiene sus momentos divertidos, es cierto, pero a partir del capítulo tres el anime se vuelve una copia de sí mismo.

  Erase una vez un héroe por diversión llamado Saitama, un hombre capaz de vencer a cualquier adversario de un solo puñetazo... y fin. En serio, ahí acaba todo.

  Saitama puede vencer de un único golpe a todo lo que se le ponga por delante ya sean mutantes, alienigenas o mismísimos colosos sacados de Attack on the Titan. Un puñetazo y fin del juego. Un hurra por él -o no, porque semejante poder no le hace ser más inteligente, más respetado ni más feliz- pero para el espectador es frustrante saber que en cuanto Saitama entra en escena todo el ambiente de tensión o misterio que se ha generado hasta entonces se disipa. No importa lo retorcido, apasionado o sádico que sea un villano (y los hay interesantes) que en cuanto las neuronas del cerebro de Saitama se conectan para hacerle entender que esas criaturas son una amenaza para el resto de la humanidad, todo el entretenimiento termina. Hasta el siguiente monstruo, o grupo de ellos.

  Mientras visionaba One Punch Man no dejaba de acordarme de los detractores de Dragon Ball, que se quejaban de que era una serie repetitiva donde, además, a cada nueva temporada los monstruos evolucionaban convenientemente de acuerdo con el poder de los héroes. ¿Qué no dirán entonces de las aventuras de Saitama? Al menos en Dragon Ball los personajes maduraban, y sus combates eran intensos y emocionantes. En éste anime nada cambia nunca, y todos los problemas del mundo se arreglan con un puñetazo del protagonista.

  No digo que éste anime no sea disfrutable, de hecho su primera temporada se deja ver con mucha facilidad. Pero One Punch Man es simple, muy simple, creado por y para el ocio del encefalograma plano de toda la vida. A quien le guste que lo disfrute, pero desde luego no es para mí.