No suelen ser buenos los remakes del pasado ni remover en aguas movedizas aunque, en contadas ocasiones, hay esperanza. Con actores de gran calibre como Russo, realizando un papel admirable, elocuente, decidida, irónica y atrevida, y Brosnan que parece haber cogido el estilo de galán seductor, desenfadado y algo "chulo" pero siempre elegante (muy al estilo Bond (gracias Sr. Fleming) consiguen mantener algo de tensión durante todo el film.

Aunque de final esperado podemos rescatar una excelente banda sonora y la magia del jazz. Esperemos que, para el 2012, el nuevo remake no caiga en el olvido.