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Voto de Caith_Sith:
5
Romance. Comedia. Fantástico Tim Lake (Domhnall Gleeson) es un joven de 21 años que descubre que puede viajar en el tiempo. Su padre (Bill Nighy) le cuenta que todos los hombres de la familia han tenido desde siempre ese don, el de regresar en el tiempo a un momento determinado, una y otra vez, hasta conseguir hacer "lo correcto". Así pues, Tim decide volver al pasado para intentar conquistar a Mary (Rachel McAdams), la chica de sus sueños. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2013
82 de 119 usuarios han encontrado esta crítica útil
Richard Curtis es un especialista en realizar un tipo de cine muy concreto, basado en la exploración de los resortes de la comedia romántica, amoldados a un periodo de tiempo determinado para jugar con la nostalgia y al tiempo conseguir cierta cercanía emocional con sus personajes. Nunca he sido muy fan de "Love Actually", y "Radio encubierta" creo que se salvaba -sobre todo- por su excelente reparto. No obstante ambos eran films estimables. Con cosas interesantes aisladas en su dilatado metraje. "Una cuestión de tiempo" tiene los mismos pros y contras que aquellas: si os gustaron, preparaos para un trabajo memorable. Si os repelieron, hay más cine ahí fuera.

La historia sería "Atrapado en el tiempo" con el beneficio del libre albedrío. O "Más allá del tiempo" de Robert Schwentke sin ninguna pretensión dramática. Es más, en esta última también salía Rachel McAdams, magnífica (y guapísima) actriz que parece estar especializándose en los romances de ventanas temporales cambiantes, como "To the Wonder" de Terrence Malick. Curtis sabe cómo extraer la comedia de cualquier elemento cotidiano y pese a que podríamos calificar su nuevo trabajo de "pastelazo", es uno de esos que aún pese a su exceso de dulce pueden entrar bien en su justa medida. El problema, como ocurría en "Radio encubierta", es que en el tramo final se le va la mano.

"Una cuestión de tiempo" no escatima en esto último para recalcar una y otra vez las consecuencias que podría acarrear una premisa tal como la que vertebra la historia, la posibilidad de el viaje en el tiempo dentro de un espacio concreto. Domhnall Gleeson se sigue confirmando como un actor a tener en cuenta y el resto del casting -McAdams al margen- está en su salsa. No hay altibajos en este sentido, es una película divertida, entrañable, que cuando quiere ser emotiva lo logra en cierta medida. Pero que al final fuerza tanto la máquina que consigue que el tren se descarrile un poco y que deseemos, desde nuestra butaca, cerrar los ojos y apretar los puños para volver atrás y cambiar sus diez-quince minutos finales por algo menos dulzón, con algo de la fuerza y oscuridad que revela cierta situación que obliga al personaje principal a elegir, a ponerse entre la espada y la pared, al tener consecuencias directas sobre su día a día. Recomendable pero con reservas.
Caith_Sith
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