Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Caith_Sith:
8
Drama Randy "The Ram" Robinson (Mickey Rourke) es un luchador profesional de wrestling que, tras haber sido una estrella en la década de los ochenta, trata de continuar su carrera en el circuito independiente, combatiendo en cuadriláteros de tercera categoría. Cuando se da cuenta de que los brutales golpes que ha recibido a lo largo de su carrera le empiezan a pasar factura, decide poner un poco de orden en su vida: intenta acercarse a ... [+]
15 de febrero de 2009
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de sorprender con "Pi" y de deslumbrar al mundo la excepcional "Requiem por un sueño", Darren Aronofsky decidió dar rienda suelta a su particular microcosmos firmando la personal y brillante "The Fountain", una poema visual de una belleza desgarradora que fue absurdamente dilapidado por los críticos de medio pelo, que se quedaron en la superficie sin saber que más allá de sus formas se encontraba un mensaje único y atemporal. Quizá por eso Darren, para su cuarto largometraje, haya decidido contarnos una historia de redención desde su particular punto de vista, un magnífico drama crepuscular interpretado, o más bien, vivido por un Mickey Rourke para el cual no hay elogios posibles.

En un año en el que parece que varias estrellas a punto de apagarse han intentado deslumbrar (JCVD sería otro ejemplo de excepcional retrato biográfico), Rourke llega y se come la pantalla dando vida a Randy "The Raw" Robinson, un practicante de lucha libre que tuvo su máximo apogeo en los 80 y que desde su retirada profesional trata de seguir con su pasión en el circuito independiente, quizá como evasión a los vacíos de su vida personal. Todo lo que se ha dicho del papel de Mickey es poco: con un personaje casi autobiográfico, es capaz de elevar hacia el cielo cada una de las escenas en las que aparece en pantalla, transmitiendo con cada gesto y movimiento mucho más de lo que podría parecer en un principio. Su dolor traspasa la pantalla, se hace creible, terriblemente real. Y a eso contribuye tanto la construcción del personaje como la forma en la que le da vida, siendo arropado por dos papeles femeninos fantásticos por parte de Marisa Tomei en el papel de stripper y Evan Rachel Wood, como la hija de Rourke.

Técnicamente es irreprochable, con un seguimiento casi documental en algunos momentos (al parecer, la inspiración fueron los films de los hermanos Darnenne, aunque en parte me recordó más al Gus Van Sant de Elephant), una fotografía austera y seca, pero excepcional y una música perfectamente escogida. Cuando llega al final sólo queda respirar hondo y agradecer que existan directores como Darren Aronofsky, capaces de hacernos ver la luz en la más pura oscuridad. Una genialidad que nada tiene que envidiar a Toro Salvaje o Fat City, cine del bueno, del que traspasa la pantalla, y del que transmite la emoción más pura y se queda grabado a fuego.
Caith_Sith
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow