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Voto de Caith_Sith:
9
Drama La historia está ambientada en 1907, en Uppsala, Suecia, y se centra en los Ekdahls, la familia del joven Alexander y su hermana Fanny. Los padres se dedican al teatro y son felices, hasta que el padre muere de forma repentina. Al poco tiempo, la madre decide casarse con un líder religioso conservador, una decisión que cambiará sus vidas. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2012
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que consigue Ingmar Bergman con “Fanny y Alexander” es capar el milagro de la vida, la mirada de la infancia, la tristeza de ser adulto, lo hermoso –y trágico- que puede ser el amor. La familia de cine se hace carne, se siente, se toca. 190 minutos de cine de inalcanzable altura que sorprende por su vitalismo y su perfecta concepción, y demuestra una vez más la capacidad de Bergman para construir microcosmos perfectamente equilibrados, en los que la parte dramática no bordea el melodrama, sino que abraza sus códigos y los filtra, para dejar sólo aquello que es necesario para cada secuencia.

Todo empieza con una celebración, en navidad. Una mujer adinerada hace a sus sirvientas (a las que trata como iguales) preparar la casa para la llegada de su familia, que trabaja en un teatro local. Durante el primer acto asistimos a una presentación de personajes sencillamente soberbia, inmejorable, que dedica tiempo a todos y cada uno de los miembros de la familia. Lo que sigue a continuación cambia en tono (hay hasta tres posibles ‘películas’ dentro de una) pero mantiene la esencia: la vida, en su más pura representación. Un diálogo entre la citada mujer y su hijo en la segunda parte del film (en una habitación prácticamente vacía, pero de alguna forma extrañamente cándida), la mirada de esos dos niños inocentes, los sacrificios de una madre.. es, sencillamente, vivir. Y respirar.

Ingmar Bergman es eterno. Uno de los pocos verdaderos maestros que ha dado el cine, capaz de variar la forma de sus filmes o incluso juguetear con los géneros, para terminar hablando en toda su obra de sí mismo y, por tanto, del ser humano con sus luces y sus sombras. “Fresas salvajes”, “Persona”, “La hora del lobo”, “Un verano con Mónica”, “El séptimo sello”, “Secretos de un matrimonio”… y claro está, ‘Woody Allen’. “Fanny y Alexander” es una obra maestra sobre la infancia, la edad adulta, la vida y la muerte, la familia y cada una de sus partes, una lección de cine que además cuenta con algunas secuencias que son sencillamente virtuosas, que captan como nunca se ha visto un ambiente, y que otorgan importancia a cada uno de los detalles. No sabría decir si que he visto “Fanny y Alexander” o si la he vivido. Probablemente nadie lo sepa. Pero desde luego, en su condición de cine, es imperecedera, eterna. Como Ingmar Bergman, y su cine.
Caith_Sith
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