Lo cierto es que empecé a ver Spawn sin ningún tipo de interés. Estoy un poco saturado de adaptaciones de cómics mediocres -razón por la cual estoy revisando las clásicas de Superman y Batman-, y tampoco esperaba que la cinta de Mark Dippé me abriese las puertas al cielo. Efectivamente así ha sido. No soy un gran conocedor del cómic de Todd McFarlane, pero siempre me ha llamado la atención Spawn por su historia y su excelente diseño.

Precisamente lo primero en esta película es bastante flojo. Tiene muchas incoherencias, y si bien -creo- que es bastante fiel al tebeo, algo me dice que no ha sido bien llevado a la pantalla grande. Por lo menos tiene una cosa excelente, y es que visualmente es rompedora, muy buena.

La caracterización de John Leguizamo, sin ir más lejos, es sublime. Y Spawn, cuando está completamente transformado (con capa y máscara) es excelente. Quizá se han pasado haciéndole la capa, demasiado grande y uniforme, pero aún así, decente. Los efectos especiales tampoco van mal, aunque tiene cosillas que claman al cielo (como ese final con rayos verdes...); Pero bueno. Tampoco es una triple A en este aspecto.

Si la historia está mal tratada, el guión tiene baches, las actuaciones son malas -salvándose Leguizamo- y sólo nos queda finalmente la ambientación, las cosas no pueden ir bien. Con más ritmo y un mayor logro en el guión habría sido más que aceptable para ver un domingo por la tarde. Una lástima... a ver si hacen secuela con los medios actuales, aprovechando que los cómics empiezan a encontrar un lugar digno en el cine con adaptaciones como Sin City, X-Men o Spiderman.