Puede que mi crítica de Cazafantasmas (2016) de este reinicio interpretado por féminas con una historia diferente a la original, esté ya todo más que dicho, pero quisiera plantar mi semilla y mi granito de arena como han hecho otros y dar mi voto al filme de Paul Feig. El director Paul Feig, ávido por subirse al carro de esta franquicia, nos emplazó en una nueva y apartada aventura con chicas cazando fantasmas sin ninguna adhesión con las dos primeras películas, pero con alguna breve intervención y aparición sorpresa por parte de actores reconocidos. La chispa de humor que demuestran estas cuatro chicas cazadoras de apariciones ectoplasmicas, es bastante endeble en comparación con las ochenteras, que manejaban los chistes con mucho más salero y hasta el día de hoy repetimos algunas de sus gracias. Su anunciación cayó como un jarro de agua fría para sus fans y desde su recibimiento solo ha acogido malas críticas y disparatadas palabras injuriosas e indecentes, por ofrecer un feminismo radical hacia el predominio varón. Lo que habría que recalcar sobre el film, es que tiene unos más que decentes efectos de ilusionismo muy bien superpuestos, que recrean secuencias de alto coste muy profesionales y que nos dejan ver magníficas figuras fantasmales harto atormentadoras. El poco éxito que tuvo Las Cazafantasmas se apaciguo con la llegada de Cazafantasmas Más Allá (2021), lo que no quiere decir que supere en popularidad a la de 2016, solo por disfrutar de nuevo de los tramperos de fantasmas. El caso es que estas nuevas cazafantasmas consiguen en parte darnos un singular entretenimiento que no va más allá de lo que ofrece en todo su aspecto.