Hace ya tiempo que Robert Rodríguez es dueño de una marca, y por tanto, de un estilo personal e inconfundible. Lo ha conseguido a base de talento y trabajo. Todo el mundo sabe que RR es un gamberro divertido y que lo que ofrece, independientemente de que te guste o no, es producto honesto.
Huelga el análisis, da lo mismo hablar de ésta que de Planet Terror, de The Mexican o de tantas otras. Stallone, en la misma línea ideológica basada en divertirse con los coleguillas, estrenó Mercenarios. Es exáctamente lo mismo, salvando, eso sí, las diferencias de estilo.
El mismo nombre del autor, Robert a un lado de la frontera, y Rodríguez al otro, desvela la insistente temática enclavada en el mismo entorno, ese particular ecosistema que se crea alrededor de la línea que separa México de los EE UU, el escenario preferido por este travieso chico quien, como buen patriota, suele dibujar a Robert como el eterno gringo malvado y a Rodríguez como el héroe humilde y sometido que finalmente logrará el triunfo.
No creo que nadie pretenda encontrar arte y ensayo en este tipo de productos, todo el mundo sabemos a lo que vamos cuando entramos en la sala, y bajo este único enfoque hay que criticarlos. Mirándolo así, la gamberrada es buena. A veces no es fácil controlar el poder de realizar lo que te venga en gana, por el momento RR se mantiene.
En homenaje a su gran amigo Danny Trejo, enorme por cierto, unos cuantos telefonazos consiguen tener a su merced, y sin caché oficial, a un elenco sorprendente de actores y actrices trabajando encantados para su amiguete.
Trejo sólo tiene que aparecer por el fondo, de frente y blandiendo sus cuchillos, el paisaje lunar de su cara hace el resto. Le ponen a la Alba y a la Michelle Rodríguez con lacito y, ni aún así. Nuestro héroe se pasa la química por el forro y las acometidas de las féminas, a destacar la escena final en la moto, provocan la risa floja. Pero da igual, Machete no ha venido a ligar.
Enormes también las tres viejas glorias que magnifican este tebeo, Johnson, Seagal y De Niro, no podía ser de otra manera.
Poco o nada más, ¿para qué?, ya sabes de qué va esto. A la espera del siguiente ejemplar de la colección, Machete kills, nos iremos deleitando mientras con cine más serio, no vaya a ser que con tanto cómic se me seque el cerebro.