Qué mente más maravillosa de este hombre. Esta vez vuelve a jugar con nosotros; por lo menos conmigo lo consigue. Jamás habría pensado que la chica era su cómplice, aunque luego el tío te va haciendo atar cabos y se ve todo más fácil. Lo que si adiviné fue lo de los números detrás de la cabeza, el padre del niño que había estado en la cárcel, y el vínculo que tenían ellos, que habían estado en la cárcel; pero eso es lo que quiere el guionista, que nos creamos que es fácil el final, para darnos el castañazo al final.

Impensable que estaba grabado, aunque me surgen las dudas, eso si, cuando pienso que también debía de tener estudiado lo de la recepción de la señal, como así fue.

Hay una cosita que me parece pastelosa, y es que cuando se quema el tío en el horno, saca la cabeza, para poder conservar el número,¿cómo sabía el asesino que iba a sacar la cabeza?, eso no está bien diseñado.

Y en cuanto a gore, no se por qué la primera me impactó más. Aquí tenemos la máscara mortal, que no nos deja ver al principio cómo se le queda; tenemos lo de las jeringuillas, que eso si es cruel; cuando se arranca el pellejo de la nuca para verse el número, y poco más que te haga sentir asco más o menos; digamos que se corta un poco más. Ya estoy impaciente por ver la 3ª.