No voy a entrar en excesos comparativos, ni en un exceso de elocuencias que enaltezcan los ochenta, a Michael Mann, o al recién oscarizado Jamie Foxx.

Creo que lo que se puede decir del filme, es que es de una tibieza que sorprende. Nada está muy trabajado, las escenas salpicadas con un ambiente ochentero nocturno, tampoco consiguen dejar de ser lo que son, pura estética hueca.

Y además con una duración excesiva, para contar algo más sencillote de lo que nos quiere hacer parecer.

Entiendo que puede haber grandes fanáticos y melancólicos de los ochenta (aquellos que olvidan la gran época de drogas y se quedan en los neones y los filmes de la época) pero eso NO VALE para que el filme en cuestión levante y remonte.

1) El grupo de trabajo de Farrell y Foxx tiene una importancia mínima. Desaprovechados todos, inclusive un menos conocido Justin Theroux.

2) La trama y los villanos (una lástima lo de Luis Tosar) no tienen ningún tipo de gracia ni de magia.

3) Una relación amorosa (y hablo de la de Farrell) forzada y ridícula, que no parece de un policía experto en infiltración.

Y todo el rodaje va a diestro y siniestro sin ningún tipo de interés.

Personalmente, no recuerdo filmes que tarden tanto y pongan tanto empeño para contar tan poco.