Señoras y señores, nuevamente y para deleite de todos sus fans (y detractores, of course), aquí tenemos a la Bullock riéndose de sí misma por enésima vez. Y aunque es de alabanza el hecho de que a la dicha, lo que digan los críticos le traiga al pairo, no es menos cierto que el rol que interpreta en este discretito film, le venía mejor a una semi desconocida (tipo muchas que hay en Hollywood) que quisiera darse a conocer (seguro que entonces diríamos: "qué graciosa que está"). Pero no, Sandra cree que por ponerse unas botas rojas -no sé a qué tanto chiste acerca de ellas, eran feas y punto- y pasarse hora y media comportándose como una deficiente mental (con todos mis respetos para los deficientes, porque ella no lo es y lo parecía), aunque se supone que es una mujer super inteligente, ya es suficiente para que sus fans vayan en masa a hacer cola a los cines y pagar los seis euros que cuesta una entradita.
Sandra, comedia inteligente sí, ser cómica inteligente y reírte de la gente, no, no y NO.

- Lo mejor: Cooper y Haden Church y las dos o tres sonrisas que te roba, estupidez tras estupidez.

- Lo peor: el istrionismo de su actriz principal y el argumento (o la falta del mismo).