El profesor Robert Langdon (Tom Hanks) despierta en un hospital de Florencia acompañado por visiones apocalípticas, incapaz de recordar la razón de su hospitalización y el significado de sus alucinaciones. Inesperadamente, coincidirá con la doctora Sienna Brooks (Felicity Jones), una fiel seguidora de sus investigaciones que se convertirá en su principal aliada para descifrar qué ha ocurrido y por qué está siendo perseguido.

Siguiendo la estela de las entregas anteriores, El Código Da Vinci (2006) y Ángeles y Demonios (2009), Ron Howard repite tras la cámara para dirigir el desenlace de los misterios protagonizados por Langdon y basados en las novelas superventas de Dan Brown. Caracterizadas por enigmas oscuros y difícilmente resolubles, Inferno narra quizá el capítulo más apocalíptico de todos, donde Langdon se ve involucrado en una serie de acontecimientos que tendrá que resolver a contrarreloj para evitar una catástrofe mundial.

Partiendo de una amnesia que permite que el propio profesor descubra los detalles de la historia al mismo tiempo que el público, el filme se convierte rápidamente en un thriller de acción donde las persecuciones son uno de los principales ingredientes. El hecho de tener a la muerte en los talones, recuerda a clásicos del cine dirigidos por Alfred Hitchcock, una de las referencias que Howard reconoce como aliciente para aventurarse a dirigir este proyecto en el que el personaje interpretado por Tom Hanks se convierte en el hombre más buscado.

Sin embargo, escapar de los perseguidores no supone un reto cuando se conocen los recovecos más secretos de la ciudad italiana. En esta aventura, el profesor cuenta con la ayuda de la joven Sienna, que adoptará el papel de salvadora de Langdon en cada uno de los aprietos a los que se enfrentan.

Narrativamente, es muy interesante la reconstrucción cinematográfica de obras pictóricas así como de las visiones del profesor, que permiten adentrarse en la mente de Langdon y suponen una apuesta atractiva para la resolución del conflicto. Además, las referencias tomadas para conectar todas las pistas, sitúan al poeta italiano Dante Alighieri y su mapa del infierno en el centro de la trama.

Atendiendo a la estética, Inferno resulta visualmente impactante especialmente durante las escenas mencionadas anteriormente y que nos trasladan a un mundo apocalíptico protagonizado por individuos que personifican los pecados capitales. Tratándose de una historia con fuerte carga simbólica, el color es una herramienta esencial en la secuencia final, donde se decide el futuro de la humanidad y coincide con el momento de mayor tensión de la película, en el que la banda sonora adquiere gran protagonismo.

En definitiva, Inferno es un desenlace que goza de buen ritmo narrativo gracias a la persecución constante, donde se combina el Renacimiento con la tecnología moderna en circunstancias determinantes para la humanidad.

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