La industria del cine ha decaído mucho, bien por falta de ideas o bien por no saber cómo hacer las cosas encontramos escasas buenas películas (que no obras maestras) cuando se acercan los Oscar y puntualmente algún que otro peliculón. Por suerte, esa escasez de grandes obras del cine se está paliando gracias a que en la televisión no solamente existe porquerías sino también enormes series como "Juego de tronos", "Hijos de la anarquía", "Shameless", 'sitcom' como "The Big Bang Theory" o "Cómo conocí a vuestra madre" y muchas más. Y dentro de este gran número de series notables nos encontramos con la que ahora nos ocupa: "Breaking Bad".

Pese a que se trata, sin duda alguna, de una serie dramática no transmite esa sensación de pena, lástima y tragedia que hoy en día no es para nada necesaria. Al principio es algo lenta, pero al final de la corta primera temporada es cuando se mete en faena y de ahí hasta el final es un no parar de acontecimientos y de situaciones tensas que consiguen que desde el sofá de tu casa liberes tanta adrenalina como si fueses el protagonista. La evolución que experimentan los personajes es de lo mejor y la más notable que se haya visto en la televisión, todo esto llevado a cabo gracias a unas excelentes actuaciones entre las que por encima de todas destaca la de Bryan Cranston como ese hombre enfermo de cáncer y experto fabricante de metanfetamina.

Es una serie que no deja que te vayas a dormir, eso que se suele decir de "uno más y a dormir" puede alargarse durante horas sin que te des cuenta por culpa de unos finales de capítulo que te dejan atónito.

Si lo que queréis es estar entretenidos a diario para desconectar de la rutina no dudéis en ver esta joya de la televisión pese a que en algunas (y escasas) ocasiones se os hará algo lenta, razón por la que no redondeo su nota en un 10.