Esto del cine ya me va pareciendo un robo de altura. Nombres biensonantes ya no son garanía de un buen producto. Es claro que la dirección es pésima pero es que la incoherencia es la baza más alta: ¿de verdad creen que con dos caretos comunes enfrentados y cuatro chorradas graciosas nos van a comer el tarro? La estrategia está en la característica summa del meta-cine: espiritualidad diluida para agradar un nosequé y luego te la meten con todo lo demás: aplanamiento cerebral y un puñado de secretos. Bueno, más que un puñado, una pulgada, aunque, en verdad os digo, que no merece la pena. EN los primeros 5 minutos ya está todo dicho: el resto no sirve.