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Voto de PSG:
6
6,4
13.605
Drama
Remake del film danés de Susanne Bier, "Brothers (Brødre)" (2004). El condecorado capitán Sam Cahill (Tobey Maguire) es enviado a combatir en Afganistán. Unos meses después, el gobierno lo da por muerto o desaparecido. Tras conocer la noticia, su hermano Tommy (Jake Gyllenhaal) se queda en Estados Unidos, cuidando de su cuñada (Natalie Portman) y sus sobrinos. Con el tiempo, Tommy se gana su cariño y llega a sustituir a su hermano como ... [+]
30 de agosto de 2010
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es lo primero que he pensado cuando he terminado de ver la película: ¿qué le pasa a esta cinta? Sencillamente, el guión arriesga mucho más de lo que consigue transmitir. Para empezar, el lazo de hermandad no es el centro de esta historia (yo al menos no lo veo). Creo que esta historia es básicamente una parábola acerca de que la bondad, la maldad, la conveniencia o la idoneidad de las personas depende en parte de las circunstancias, del contexto en el que las pongamos a funcionar y del rol que estemos dispuestos a otorgarles o a permitir que se arroguen. Y, por supuesto, las circunstancias cambian a las personas (y a los personajes, que son personas de ficción). Aquí, el principal problema es que los personajes se ven muy pronto metidos en harina, y tú como espectador no tienes ni idea de cuál era su procedencia. Con el paso de los minutos, esto se subsana; pero no respecto del personaje de Jake Gyllenhaal. De tal suerte, una figura que supone una versión de la parábola del hijo pródigo, más bien desconcierta al carecer de procedencia, salvo por un antecedente de peso que casi abre la película. Para su desgracia, la inconsistencia de su personaje le sitúa en una especie de actuación límite, de la que sale airoso en el mejor de los casos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A su vez, Maguire presenta una rigidez interpretativa que dudo se corresponda con el síndrome de estrés post-traumático. De hecho, el desenlace le sitúa mucho más cerca de la locura que de otra cosa. Por eso el final tan psicoanalítico -encarnado en una sola secuencia intimista- al que se acoge la película, parece un intento más bien atropellado de cuadrarlo todo aprovechando la fe suplementaria que los espectadores tenemos en todo lo que hacen los personajes principales.