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Thriller. Drama. Comedia
Tras el fracaso de una operación, dos asesinos a sueldo, Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson), reciben la orden de su jefe Harry (Ralph Fiennes) de abandonar temporalmente Londres y trasladarse durante algún tiempo hasta que se calmen las cosas a la ciudad de Brujas, en Bélgica. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2008
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas en las cuales se nota que la locación es forzada e incorrecta respecto del guión. Otras en las cuales pasa desapercibida esta circunstancia y que podrían intercambiar su geografía sin alterar su sentido cinematográfico.
Fuera de estas dos variantes y como lo indica su título, In Bruges es de esas obras fílmicas que dependen absolutamente del lugar en el mundo que ocupan. Su estrecho vínculo y perfecta sincronización con la ambientación de la hermosa y medieval ciudad belga, la hacen impensable en algún suburbio británico, lugar al cual indudablemente pertenecen sus protagonistas.
Mas allá de la estética urbana, el tono híbrido que combina comedia inteligente, drama de culpas y pecados y thriller de persecución, resulta de una alquimia equilibrada y talentosamente desarrollada.
En cuanto a las interpretaciones, Colin Farrell demuestra que el rol de irlandés bruto de corazón sincero le queda pintado, casi como si no tuviera que actuar. Es mas uno podría suponer esto último si se guía por sus fallidos intentos de ascender a sus personajes de nivel sociocultural.
Brendan Gleeson nunca defrauda, es de esos intérpretes británicos que siempre conforman a realizadores y espectadores.
Pero se destaca entre las buenas actuaciones en general, la breve e intensa performance de Ralph Fiennes, que con su fantástico e inédito acento natural, muestra con gran énfasis la brutalidad honorable de un mafioso.
In Bruges no es una película más, y es sin duda la mejor y más original aparición de esta pobre primera mitad del 2008.
Fuera de estas dos variantes y como lo indica su título, In Bruges es de esas obras fílmicas que dependen absolutamente del lugar en el mundo que ocupan. Su estrecho vínculo y perfecta sincronización con la ambientación de la hermosa y medieval ciudad belga, la hacen impensable en algún suburbio británico, lugar al cual indudablemente pertenecen sus protagonistas.
Mas allá de la estética urbana, el tono híbrido que combina comedia inteligente, drama de culpas y pecados y thriller de persecución, resulta de una alquimia equilibrada y talentosamente desarrollada.
En cuanto a las interpretaciones, Colin Farrell demuestra que el rol de irlandés bruto de corazón sincero le queda pintado, casi como si no tuviera que actuar. Es mas uno podría suponer esto último si se guía por sus fallidos intentos de ascender a sus personajes de nivel sociocultural.
Brendan Gleeson nunca defrauda, es de esos intérpretes británicos que siempre conforman a realizadores y espectadores.
Pero se destaca entre las buenas actuaciones en general, la breve e intensa performance de Ralph Fiennes, que con su fantástico e inédito acento natural, muestra con gran énfasis la brutalidad honorable de un mafioso.
In Bruges no es una película más, y es sin duda la mejor y más original aparición de esta pobre primera mitad del 2008.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quizá el final de la cinta se debilita un poco con el "error" del asesino, confusión que no cierra mucho y falla en convencer al espectador, sobre todo por la excesiva honorabilidad y palabra del criminal, además de la estupidez que significa no mirar un poco más antes de tomar una decisión tan drástica.
Este cierre, algo decepcionante por su ingenuidad, es el que diferencia una película notable de una excelente.
Sin embargo se compensa algo esta inconsistencia con la última toma en primera persona y la poética conclusion en off, recursos trillados pero efectivos la hora de dejar una marca antes de los créditos.
Este cierre, algo decepcionante por su ingenuidad, es el que diferencia una película notable de una excelente.
Sin embargo se compensa algo esta inconsistencia con la última toma en primera persona y la poética conclusion en off, recursos trillados pero efectivos la hora de dejar una marca antes de los créditos.