Le llamaban Bodhi que filmó Kathryn Bigelow en 1991 fue una excelente cinta de acción posiblemente la mejor que firmó en el género en su filmografía. Plasmó una digna historia de un joven agente del FBI, interpretado por Keanu Reeves en sus mejores momentos que perseguía a una banda de atracadores de bancos apodada Los Presidentes que encabezaba un atractivo Patrick Swayze. Unas brillantes escenas de acción reforzadas por el telón de fondo de las playas bañadas por el deporte del surf y una maravillosa fotografía hacían subir la adrenalina del espectador. Acompañaba una sugerente banda sonora con unos buenos temas musicales.
Llegados a este punto comparar ambas películas es como el dicho de "se parece como un huevo a una castaña".
No sé en que momento su director Ericson Core optó por la bochornosa decisión de llamarla remake porque seguro se habría ahorrado el odioso examen de las comparaciones. Pero incluso en la feliz idea de haberla
titulado "Le llamaban descerebrao" tampoco habría cambiado mi opinión final. Para mí un morrocotudo suspenso porque no hay por donde coger semejante truño.