Todavía sigo alucinando con lo que un nonagenario es capaz de hacer detrás de las cámaras tras décadas de gran cine. Clint Eastwood cierra su trilogía sobre el significado del héroe habitualmente contradicho por la sociedad ya sea por El francotirador, Sully y ahora por el inocente y excéntrico pero también apacible persona Richard Jewell.
Eastwood apuesta por hacer sangre a los dos poderes mas influyentes de América, la policía Federal y el periodismo. Levantando ampollas y polémica retrata la conveniencia y el aprovechamiento de esos medios para hundir la reputación de un verdadero héroe. Una cinta con un guion sólido, quizá para algunos previsible pero bien contado a nivel narrativo y con personajes fuertes solventados por excelentes diálogos e interpretaciones.
Una vez más, Clint no falla y conmueve, emociona e impacta con sus imágenes sutiles sobre un sistema podrido en una historia real que merecía que el mundo conociera el nombre del héroe que salvó a muchas personas de la catástrofe del Centenial Park en el 96. Espero que no sea la última de Clint y que siga dándonos cine de calidad como lleva haciendo medio siglo. Una de las mejores películas del 2019.