Se acerca el esperado estreno del remake de El libro de la selva de la mano de Jon Fravreau (#Chef) y la verdad es que me cautivó bastante su espíritu jovial, divertido y emotivo además de entrañable y nostálgico que destilaba el tráiler y ahora con las críticas positivas aún más me dicen que será como lo fue La Cenicienta el año pasado de Branagh respecto al clásico original ya que respetaron muy bien el material original y lograron sorprender y yo creo que este año era necesario revisar un clásico de mi infancia donde los personajes y las canciones son inolvidables y efectivamente, tras su visionado lo siguen siendo. Una película entrañable, emocionante y sobretodo divertida y memorable, tan optimista como real donde vemos al joven Mowgli criándose de la peor manera en el sentido de que no tuvo una familia humana con quien compartir su niñez aunque todos ya saben como termina la historia. El valor de la amistad, la protección y la madurez abundan en esta película que da culto a la vida y a la diversión gracias al estupendo Baloo y a la protectora Bagheera, un contraste de padres adoptivos que le indican a Mowgli que camino deben seguir y que peligros debe afrontar para llegar a su poblado y crecer de la manera correcta. Una película mítica y digna de ver en familia, donde sus canciones han hecho historia y me parece vergonzoso que no ganase el oscar a mejor canción cuando ha sido más recordada que la que ganó en ese año. Dejando de lado el apartado premios, he visto las siguientes cintas que han adaptado la misma historia y ninguna me ha emocionado como esta. Un clásico imprescindible.