¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas? Quién vea Fuga de Cerebros 2 cambiará de opinión. Quizás la historia no sea nada del otro mundo, pero me ha parecido mucho más divertida que la original, viva el despiporre. Si los que se lo pasaron genial con Fuga de Cerebros, con esta secuela se lo pasarán el doble de bien, con risas aseguradas. La trama sigue el mismo esquema que la anterior, con parte dramática incluída. Situaciones más desmadradas y con un número musical incluído en los títulos de crédito finales. Sin Mario Casas ni Amaia Salamanca, pero con Adrián Lastra y en esta ocasión debatiéndose el amor entre Paula Prendes (una morena) y Patricia Montero (una rubia). Ahora, venga, a adivinar con cual se queda de las dos, y tendrá premio.
Los cuatro secundarios de la primera entrega (Cabra, Ruedas, Chuli y Corneto), los culpables de que se haya rodado esta secuela, han regresado, claro está, para armarla más gorda todavía. Esta vez ya no en Londres, sino en Estados Unidos, en la universidad de Harvard. ¡Oh, yeah! Esto se parece a una American Pie 2 a la española. La verdad es que hay alguna que otra secuencia con Patricia Montero que alegra la vista.
De estrellas invitadas tenemos a Mariano Peña, Loles León y David Hasselhoff, que es un tipo con un gran sentido del humor para querer salir en este film, aunque sea unos minutos.