De cómo un cuarentón seduce a un adolescente de 17 años, o quizás viceversa, o tal vez ambos seduciéndose en forma mutua, y el inevitable enamoramiento pasional es el tema de esta película.

Esta es una exquisita producción audiovisual que cuenta con una banda sonora extraordinaria, un impecable manejo de cámara y fotografía, que hace uso de planos deliberadamente desenfocados y con unas locaciones hermosísimas (ver Spoiler 1), retrata a una familia de la alta burguesía intelectual, en la que todos dominan varios idiomas, tienen una cultura exuberante —hasta el propio adolescente es un superdotado con oído absoluto que le permite transcribir directamente a la hoja de partitura la música que escucha en auriculares— que en sus charlas domésticas recitan poesía, conversan sobre historia del arte, discuten la etimología griega o latina de las palabras, con una finca de verano primorosa y hasta un criada que se llama Mafalda.

Tal vez este contexto es lo que me impidió empatizar con la historia de amor. Todo es muy enfatizado y obvio como, por ejemplo, la condescendencia con que escuchan a vecinos poco ilustrados cuando discuten de política, o unas palabras pronunciadas por el padre a su hijo, que más parece un discurso dirigido al espectador dando cátedra de todo lo que hoy en día suena a políticamente correcto (ver Spoiler 2 y 3).

Sí es cierto que las actuaciones están muy bien pero los parlamentos suenan poco convincentes. Y hay escenas que francamente no sé a cuento de qué se han incluido, tal vez pretendiendo mostrar la dominación de quien tiene el poder (ver Spoiler 4 y 5), pero que lucen absolutamente innecesarias. A los amantes del género romántico seguramente les encantará. A mí, aunque no me pareció una pésima película, estuve pendiente del reloj en forma permanente para que terminara de una buena vez, en lo que yo creo que es uno de los más recontra sobrevalorados filmes de los últimos tiempos. Y todavía hay que soportar que los dadores de dieces a diestra y siniestra de FilmAffinity, verdaderas focas aplaudiendo el marketing, la manija y la exagerada promoción de un filme que en mi modesta opinión es apenas regular, auguren que no puede haber gente a quien no lo guste esta película, a menos que estos sean "unos amargados", habla del tipo de argumentación que se está usando últimamente en esta página para hacer laudatorios comentarios.

Mi calificación va por la parte audiovisual de la película (A quienes les interese una historia homo erótica bien contada y creíble les recomiendo la británica “Beautiful Thing” de 1996.)