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Uruguay Uruguay · Montevideo
Voto de Atilio:
1
Aventuras. Drama Judah Ben-Hur (Jack Huston) es un príncipe falsamente acusado de traición por su hermano adoptivo Messala (Toby Kebbell), un oficial del ejército romano. Desposeído de su título y separado de su familia y de la mujer que ama (Nazanin Boniadi), Judah es condenado a la esclavitud en las galeras. Después de varios años, Judah regresa a su tierra natal en busca de venganza, pero encontrará su propia redención. (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Normalmente no gastaría una sola sílaba en esta película, pero son tantas las referencias hacia la versión de William Wyler de 1959 que vale la pena hacerle un pequeño desagravio al maestro.

Pero antes debo aclarar que no le debo pleitesía a la versión original, porque en mi opinión si bien fue una película notable lejos está de ser una obra maestra, calificación que —respetuosamente lo digo— con mucha flojera unos cuantos la consideran. Y más aún cuando se mencionan la cantidad de Oscar obtenidos como si ese famoso premio tuviera algún significado o relevancia con relación al arte. Asimismo es muy temerario hablar de la extraordinaria "actuación" del Sr. Charlton Caradepiedra Heston que aquí presta nuevamente su rostro monocorde e inexpresivo, más allá del carisma que su personalidad proyectaba.

¡Claro que no se pueden comparar! Esta versión actual de 2016 no solo no le llega a los talones a la original sino que ni siquiera se acerca al dedo gordo del pie. Una producción muy barata (lo que en sí mismo no es un demérito) cuyos directores de arte me han enseñado mucho acerca de la época en que transcurre: no sabía que ya existían las poltronas, ni las sillas tapizadas con estilo Luis XV, ni que las monturas de los caballos en el Siglo I tenían estribos, ni que las mujeres se vestían como las gitanas del Siglo XX que aparecen en las películas de Kusturica, ni que en las fiestas (como la que aparece a los 5 minutos de comenzada la película) se canta y baila como si se tratara del carnaval de Rio de Janeiro.

Y qué decir del extraordinario Morgan Freeman caracterizado como un sacerdote ortodoxo actual de la iglesia griega y con un peinado de rastas a lo Bob Marley: verdaderamente patético. Horrible.

Y los diálogos, y.... y... y... si no fuera por lo lamentable de todo, sería gracioso. El Sr. Wyler merece un poco más de respeto antes de ser mencionado en comentarios sobre este adefesio de film.
Atilio
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