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Voto de Atilio:
10
6,0
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Drama
Al amanecer, Clarisse echa un último vistazo a su marido y a sus dos hijos dormidos, duda en dejar una nota y se pone en camino. Un escape desesperado que revela gradualmente sus capas a medida que Clarisse, que parece tener una conexión extrasensorial con la familia que ha dejado atrás, se pierde en el mundo. (FILMAFFINITY)
20 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es una película para ver. Es una obra de arte que primero se debe sentir y luego decodificarla.
El director Mathieu Amalric hace una apuesta muy arriesgada para la puesta en escena de Sarre Moi Fort, porque elige un planteamiento para nada lineal y que deliberadamente violenta la continuidad cronológica de la historia.
Debe advertirse al eventual público que esta extraordinaria película requiere un esfuerzo muy intenso para su visionado, pero a medida que avance el metraje las piezas del rompecabezas comienzan a acomodarse en lo que podría definirse como una gigantesca vuelta de tuerca que se desarrolla desde el minuto 8 y culmina recién al finalizar la película.
Juego de espejos con una cinematografía subyugante en todos los rubros técnicos y actorales. Es así que, por ejemplo, la excepcional banda sonora no sólo gratifica con exquisitas obras pianísticas clásicas, sino que el sonido se convierte en un aliado fundamental para una mejor compresión del argumento. Aquellos que cuenten con auriculares, deberían hacer un intento de soportar la incomodidad que provocan su uso y, seguramente, irán descifrando más temprano que tarde cuál es el tema de este filme.
De ausencias y pérdidas. De soledades y desencuentros. De búsquedas estériles y hallazgos dolorosos. La quintaesencia de la incomunicación (al mejor estilo Ingmar Bergman) te la presentan en un menú que demoras algún tiempo en poder degustarlo en toda su intensidad.
La protagonista Vicky Krieps (la misma de Phantom Thread) hace un trabajo de interpretación que a fuerza de gestos, miradas y de intensos parlamentos que se dicen prácticamente en of, te deja la piel erizada por la intensidad con que comunica el dolor de una madre que, en principio, no se sabe muy bien si se va o está llegando. Crónica del dolor y diario íntimo del crecimiento de todos los personajes.
Hay dos chicos adolescentes (Anne-Sophie Bowen-Chatet y Sacha Ardilla) que si continúan en su vida adulta con actuaciones tan intensas como estas, se convertirán seguramente en grandes figuras.
El director Mathieu Amalric hace una apuesta muy arriesgada para la puesta en escena de Sarre Moi Fort, porque elige un planteamiento para nada lineal y que deliberadamente violenta la continuidad cronológica de la historia.
Debe advertirse al eventual público que esta extraordinaria película requiere un esfuerzo muy intenso para su visionado, pero a medida que avance el metraje las piezas del rompecabezas comienzan a acomodarse en lo que podría definirse como una gigantesca vuelta de tuerca que se desarrolla desde el minuto 8 y culmina recién al finalizar la película.
Juego de espejos con una cinematografía subyugante en todos los rubros técnicos y actorales. Es así que, por ejemplo, la excepcional banda sonora no sólo gratifica con exquisitas obras pianísticas clásicas, sino que el sonido se convierte en un aliado fundamental para una mejor compresión del argumento. Aquellos que cuenten con auriculares, deberían hacer un intento de soportar la incomodidad que provocan su uso y, seguramente, irán descifrando más temprano que tarde cuál es el tema de este filme.
De ausencias y pérdidas. De soledades y desencuentros. De búsquedas estériles y hallazgos dolorosos. La quintaesencia de la incomunicación (al mejor estilo Ingmar Bergman) te la presentan en un menú que demoras algún tiempo en poder degustarlo en toda su intensidad.
La protagonista Vicky Krieps (la misma de Phantom Thread) hace un trabajo de interpretación que a fuerza de gestos, miradas y de intensos parlamentos que se dicen prácticamente en of, te deja la piel erizada por la intensidad con que comunica el dolor de una madre que, en principio, no se sabe muy bien si se va o está llegando. Crónica del dolor y diario íntimo del crecimiento de todos los personajes.
Hay dos chicos adolescentes (Anne-Sophie Bowen-Chatet y Sacha Ardilla) que si continúan en su vida adulta con actuaciones tan intensas como estas, se convertirán seguramente en grandes figuras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Qué dolor ante las ausencias y las pérdidas. Aquí, en el Río de la Plata, tenemos una expresión “te deja hecho pelota” que mi incapacidad me impide trasladarla a otro dicho que sea comprensible en toda la riqueza y variedad de nuestro idioma tanto en España como de América. En todo caso, te advierto que no quedarás indiferente y seguramente el ánimo se te irá al piso.
Película para verla más de una vez y, si es posible, con alguna compañía con quien compartir los enigmas que terminan por aclararse justo bien al final. Lamento carecer del poder de convencimiento para estimular a que mucha gente vea esta obra sin que tema una eventual incomprensión argumental. Como en un innecesario loop termino con lo del principio: aquí hay una sensacional obra de arte para sentirla y decodificarla.
Película para verla más de una vez y, si es posible, con alguna compañía con quien compartir los enigmas que terminan por aclararse justo bien al final. Lamento carecer del poder de convencimiento para estimular a que mucha gente vea esta obra sin que tema una eventual incomprensión argumental. Como en un innecesario loop termino con lo del principio: aquí hay una sensacional obra de arte para sentirla y decodificarla.