Bienvenido, toma asiento, nos vamos de viaje al sur profundo, a los pueblos ingenuos, donde aun la vida es sencilla y lo que ganas es para el día a día, donde lo que mas deseas es tener tu finde libre y poder pasear con la chic@ que te gusta.
Deja que te cuente cómo era todo antes, deja que te muestre a mi gente, a tú gente, porque antes fuimos iguales a tú pueblo, porque como los vuestros, tenemos nuestra historia y nuestro propio lenguaje, déjate enamorar por mis costas, por mis pueblos pesqueros y de interior, por mis gentes sencillas y por el hacedor de estrellas.


Yo, el hacedor de estrellas te reclamo, si accedes a mi venir,
la diosa fortuna de amorosas caricias llenará tu existencia.
Dame tú mano, siéntate aquí, mira a la cámara y di lo que quieras, lo que se te ocurra.
No pasa nada si sólo me cuentas tú vida o me describes un poema,
da lo mismo que sólo seas cabrero, cómo gitana o camionero.

Que laves o friegues, que pastes o siegues... píntame un cuadro y recítame un verso, dime con cuántos sueños has chocado, hazme saber lo que más anhelas, libera tu espíritu y déjalo volar para mi.
Un momento espera, creo que he visto... pero no, no puede ser, tus ojos reflejan de los más puros sentimientos, ¿cómo es posible que aun de sueños e ilusiones se viva?

Yo; que vendo la nada, que me disfrazo de tú suerte y alimento tus ansias de escapar, me veo atrapado en tú mundo interior, en tú profundo mar de pasiones sin freno, oh pobre de mí, incapaz de huir de mi destino, te arrastraré conmigo a mi cruel futuro.

Triste me voy por donde vengo, triste llego a tu encuentro,
desesperanza traigo como regalo,
pues de ilusiones estoy hecho y las estrellas te vendo.