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Voto de marcospeliculas:
3
Drama Una casa. Una casa a 10 mil kilómetros de distancia de Buenos Aires, en la que confluyen los intereses políticos de todo un país. Una casa habitada por un ex presidente derrocado y desterrado, por su esposa y futura presidente, y por su secretario que creará a la salvaje Triple A. Una casa visitada por líderes montoneros, sindicalistas, militares opositores y amigos, turistas y estudiantes del mundo; que fue el corazón y el cerebro de ... [+]
27 de agosto de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se hace una biopic política, lo mínimo que se espera es un cierto grado de equilibrio. Se puede tener admiración por el personaje en cuestión, pero cuanto más puro y cristalino se lo presenta, menos creíble se convierte el film
El director y protagonista Victor Laplace es un peronista confeso y declarado. Nada malo hay en eso. Pero su versión de este Perón, cálida e intimista, la de un Perón reflexivo, conciliador, muy lejano a aquel león voraz de las décadas pasadas, que roza con cierta pusilanimidad y tibieza, y que lo hace un líder casi zen que (salvo en alguna escena) parece desprendido y desentendido del juego del poder político, no responde al verdadero Perón, que jamás renunció a dicho juego de poder y el cual fue un verdadero estratega, con una carga de picardía y malicia que mantuvo hasta el final. Dicha imagen no se presenta en la película, donde todo es patriotismo, desprendimiento, altruismo y amor a su pueblo fiel, contra los malos usurpadores del gobierno, ya sean militares o las otras fuerzas democráticas.
Es cierto que la reconstrucción histórica, que no es un fuerte en el cine argentino, es bastante aceptable, tanto en los decorados como en las expresiones y vestimentas de los personajes. Y el ritmo también lo es. Aunque peca de un tedioso didactismo cuando Perón debe explicar sus profundas ideas o encuadrar el momento histórico, mediante largos monólogos más cercanos a un aburrido profesor de Historia universitario que al líder carismático que fue.
Dónde falla la película y baja mucho la nota es en el intento de mostrar a los distintos peronistas buenos y malos, leales y traidores, y resolver ese dilema que fue la gran tragedia argentina de los '70: la división irreconciliable entre izquierda y derecha peronista, que dio paso al gobierno militar posterior. Y en la película hay varias licencias 'fílmicas' que encubren una evidente bajada de línea a favor de las izquierdas, y no podía ser de otra manera: la película está filmada en pleno gobierno kirchnerista, con la reconstrucción de un relato épico, en donde los grupos revolucionarios fueron patriotas y los sindicalistas de derecha conservadores y pactistas. Se nota querer rescatar a Perón de sus múltiples contradicciones y, limpiandolo de algunas graves y evidentes responsabilidades que tuvo, presentarlo como el prócer fundador que dio lugar al movimiento que gobierna desde 2003 a 2015 en la Argentina y que hereda sus enseñanzas, e incluso lo superan.
Así, se observan:
una mirada complaciente, edulcorada y patriótica idealista de los grupos guerrilleros,
un silencio absoluto sobre la echada a los mismos de la Plaza del 1 de mayo de 1974 (aunque así fuera en los créditos),
una desconfianza despreciativa hacia Isabelita y López Rega que no tiene asidero histórico en el importante lugar que Perón les dio en los últimos años de su vida (vicepresidenta y cuasi primer ministro con un presupuesto exorbitante a disposición respectivamente),
un despegarse de la figura de Franco y un aprecio a la hija del soldado republicano 'idealista' que no tiene sustento en las acciones reales del Perón del exilio,
la aceptación sin rodeos del accionar del Che (cuando el Che fue muy crítico del peronismo)
la muerte de Vandor como inevitable, con autores desconocidos y no como el asesinato asumido por grupos guerrilleros de izquierda,
la evidente confrontación entre una Evita muerta que lo comprende (Evita es el ideal de la izquierda peronista) y una Isabel esotérica, manipulada y lejana, y a pesar del cariño que Perón le profesa, la mira con lástima.
la bendición a Cámpora como candidato a Presidente desde un consejo dado por Evita hace años, es decir, desde la inmortalidad unge a quien será el prócer del peronismo kirchnerista (su grupo militante se autodenomina 'La Cámpora')
Entonces esta mirada de Perón, complaciente y lavada, está hecha en función a legitimar el gobierno peronista que financió la película (como se muestra en los créditos iniciales) y que desea apropiarse del legado del General, como tantos otros grupos peronistas lo quieren hacer.
Porque la figura de Perón es tan compleja, contradictoria, zigzagueante, astuta y polémica, que el movimiento por él creado tuvo lineas internas tan variadas que van desde el neoliberalismo al marxismo, pasando por estatismos, centrismos conservadores y productivismos, catolicismos y feudos provinciales tradicionalistas. Su figura sigue encendiendo odios y amores, irracionales y fundamentados. Es por eso que no está aún hecha la película que encarne esa figura con tantas aristas y caras como la de Perón.
El film de Laplace está hecha con cariño ingenuo, cierta nostalgia, un silencio absoluto de sus errores y oscuros manejos, y evidente intencionalidad política contemporánea. No alcanza para entender casi nada de lo que pasó.
marcospeliculas
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