El crecimiento de la animación española en los últimos 10 años ha sido muy interesante, pero le faltaba al ya largo recorrido de esta una superproducción cinematográfica que la hiciese hacerse notar internacionalmente de forma definitiva. Para hacerlo Filmax se atrevió a crear un estudio de alto nivel a imagen y semejanza de las productoras norteamericanas y a producir una película a su estilo. Utilizó como base la obra épica más importante en castellano. Hasta aquí, todo promete. Sin embargo la inexperiencia en producciones de estas proporciones jugó unas cuantas malas pasadas a una película que tiene muchos ingredientes para ser un éxito, pero suficientes errores para que no cuaje como tal.

La animación es muy buena, casi excelente. Una muestra de que en España las cosas pueden hacerse bien, sin embargo, el estilo visual de la película, la dirección y la expresividad del producto en general no consiguen ni la gracia visual de la Disney, ni el aspecto tan propio de la Warner, ni el dinamismo o la sutileza de las producciones orientales. Todo se queda a medio camino. Además el ritmo narrativo y el propio guión no acaban de funcionar. Todo esto sin tener en cuenta que el personaje literario del Cid más que una base es un pretexto para hacer la película. Aún así, con todo, tiene cualidades suficientes para competir con cierta soltura en el mercado internacional y ponerse a la cabeza de las producciones europeas de este tipo, aunque sin llegar todavía a los niveles de las grandes compañías. Sienta un precedente para otras producciones nacionales.