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Voto de mirage (Flor y Luna):
1
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4,8
54.314
Acción. Aventuras. Ciencia ficción. Thriller
En el calendario de los mayas aparece señalado el año 2012 como la fecha en la que se producirá el fin del mundo, que irá acompañado de diversas catástrofes naturales: erupciones volcánicas, tifones, glaciares que inundarán el planeta. Cuando el escritor Jackson Curtis (John Cusack) y sus hijos regresan a casa, una intensa actividad sísmica recorre la Costa Oeste de los Estados Unidos.
6 de diciembre de 2009
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre tanto nada y nadar menos mal que hay tanta agua.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
No hay por donde cogerla. Abarca mucho y no aprieta nada. La profecía Maya en la que centra su publicidad se queda en nada. La base científica, piedra en la que debría apoyarse el argumento se desquebraja. La erupción del volcán más grande del mundo roza o estalla en lo ridículo.
Pésima elección de los actores; se supone que es el fin del mundo pero no hay drama o tensión, no hay angustia o lucha en sus rostros.
No hay nada, por no haber, no hay ni motivos por los que vivir. La vida, la humanidad (que es lo que dicen querer salvar) queda reducida a la compra del mejor postor. A la vanidad.
Todo se limita a una carrera contra reloj con fortuitas casualidades. Que bien que un no piloto sepa pilotar, que a mano el desplazamiento de la corteza terrestre y que sea China quien venga a ellos evitando el amerizaje.
Todo enmarcado en unos espectaculares efectos visuales. Pero ni esto lo salva ya que no deja de ser el intento vano de convencer o vender a base de chapa y pintura centrándose en la imagen olvidando los notables fallos argumentales a los que les darán importancia áquellos que no se queden con lo de fuera.
Terrible final donde ni si quiera se hace alusión a una mínima esperanza de vida. Nada. Sino a un menos mal, podremos bajarnos de las arcas. Desesperanzador. ¿Qué tipo de humanidad sería esta? Que roba, mata, engaña, lo da todo por hecho. ¿Qué tipo de humanidad sería sin esperanza?
No hay nada que se pueda rescatar de esta película catastrófica con tantos matices conservadores como lo son la importancia al dinero, explotar al resto por fines propios, la familia (esta reconcialiación del matrimonio también roza o estalla en lo ridículo), la imagen, etc. Si el mensaje es que lo que queda para salvar la humanidad es la élite mal vamos. Estos son lo valores que venden camuflados en el espectáculo visual.
No hay lucha o arrepentimiento, un qué fue lo que hicimos mal, qué podemos mejorar. No hay un echaré de menos a alguien, o a algo, a la vida como era antes, a todo lo que se ha perdido. Nada, una vez más nada. Sólo hay nada y agua entre sobervia y vanidad; porque tú lo vales tú te lo quedas.
Pésima elección de los actores; se supone que es el fin del mundo pero no hay drama o tensión, no hay angustia o lucha en sus rostros.
No hay nada, por no haber, no hay ni motivos por los que vivir. La vida, la humanidad (que es lo que dicen querer salvar) queda reducida a la compra del mejor postor. A la vanidad.
Todo se limita a una carrera contra reloj con fortuitas casualidades. Que bien que un no piloto sepa pilotar, que a mano el desplazamiento de la corteza terrestre y que sea China quien venga a ellos evitando el amerizaje.
Todo enmarcado en unos espectaculares efectos visuales. Pero ni esto lo salva ya que no deja de ser el intento vano de convencer o vender a base de chapa y pintura centrándose en la imagen olvidando los notables fallos argumentales a los que les darán importancia áquellos que no se queden con lo de fuera.
Terrible final donde ni si quiera se hace alusión a una mínima esperanza de vida. Nada. Sino a un menos mal, podremos bajarnos de las arcas. Desesperanzador. ¿Qué tipo de humanidad sería esta? Que roba, mata, engaña, lo da todo por hecho. ¿Qué tipo de humanidad sería sin esperanza?
No hay nada que se pueda rescatar de esta película catastrófica con tantos matices conservadores como lo son la importancia al dinero, explotar al resto por fines propios, la familia (esta reconcialiación del matrimonio también roza o estalla en lo ridículo), la imagen, etc. Si el mensaje es que lo que queda para salvar la humanidad es la élite mal vamos. Estos son lo valores que venden camuflados en el espectáculo visual.
No hay lucha o arrepentimiento, un qué fue lo que hicimos mal, qué podemos mejorar. No hay un echaré de menos a alguien, o a algo, a la vida como era antes, a todo lo que se ha perdido. Nada, una vez más nada. Sólo hay nada y agua entre sobervia y vanidad; porque tú lo vales tú te lo quedas.