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Voto de EuTheRocker:
6
Fantástico. Aventuras Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo de dudosa reputación, tiene que abandonar la polvorienta Kansas y trasladarse al brillante País de Oz. Está convencido de que a partir de ahora la fama y la fortuna le sonreirán. Pero, cuando las brujas Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams) empiezan a dudar de su categoría como mago, empezará a tener problemas. Si quiere triunfar, tendrá que averiguar ... [+]
16 de marzo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un pueblo en blanco y negro. Un tornado que todo lo arrasa. Un aterrizaje forzoso en la ciudad de los Munchkings. El inicio del camino de baldosas amarillas. La certeza de que nuestros deseos se depositaron "somewhere over the rainbow". La compañía de un espantapájaros, un hombre de hojalata y un león. Monos voladores y amapolas anestésicas. La Ciudad Esmeralda. El gran Mago de Oz. La bruja malvada y sus idilios acuáticos. No hay nada como el hogar.

"El Mago de Oz" de Fleming, es una de esas películas que perduran en el recuerdo colectivo, por su calado emocional, por su deliciosa ingenuidad colorista, por el carisma de sus personajes, por la belleza de unos temas imperecederos y por una historia cargada de ilusión. Sin duda alguna, hablar de la obra maestra de la MGM es hacerlo de una de las películas que más han disfrutado personas de todas las generaciones desde su estreno, entre los cuales me incluyo. Sin duda, una de las cintas de mi infancia.

"Oz, un mundo de fantasía" partía con ventaja cuando me senté en el patio de butacas. La vuelta al fantástico mundo que tantas veces había visitado en mi niñez traía a mi memoria un aroma de nostalgia favorable a la hora de disfrutar de la película. Sam Raimi, respeta el legado que tiene entre manos tendiendo varios puntos tangentes con la imperecedera obra de Fleming. Con un arranque espectacular, hasta la escena del tornado, el director de "Evil Dead" pone en juego toda su capacidad cinéfila en una presentación de lujo que se diluye al llegar a Oz. Una vez el color inunda la pantalla, la historia queda ensombrecida por la excelencia del diseño de producción. Oz, se transforma en un impactante mundo cargado de fantasía e ilusión. Un despliegue visual que apabulla y emociona y que por desgracia cobra más protagonismo que la historia en sí. La ingenuidad de la obra de Fleming queda eclipsada aquí por el barroquismo visual que propone Raimi. Esa falta de ingenuidad se traduce en un guión y unos personajes a los que les cuesta un poco conectar con el espectador teniendo en cuenta la facilidad de empatía que presentaban los inmortales compañeros de fatigas de Dorothy y Toto.

Y aunque el metraje parece pesar un poco al bueno de Raimi, consigue remontar el vuelo con un tercio final sensacional en el que hace gala del ilusionismo y reivindica el cine como elemento mágico e indispensable para la imaginación colectiva. Sin llegar a deslumbrar como su predecesora; sin ser una obra eterna y mágica; "Oz, un mundo de fantasía" ofrece en su camino de baldosas amarillas buenas dosis de magia, espectáculo, poderío visual y entretenimiento sano, a la vez que nos devuelve a todos aquellos que alguna vez buscamos nuestros sueños al final del arco iris, a nuestro hogar.
EuTheRocker
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